Pablo Blanco Blanco ha servido durante 50 años al Sevilla y fueron sus 13 temporadas en el primer equipo, siete de ellas como capitán, las que le otorgan el reconocimiento de
Dorsal de Leyenda de la entidad nervionense.
- Era un fútbol muy distinto al de hoy.- Un fútbol de otra época, con peores herramientas de trabajo, de material, de campos, de arbitraje. Era un ambiente más difícil, con campos irregulares. Piense que el Sevilla no creó su ciudad deportiva hasta 1975.
- ¿Cómo empezó su historia con el Sevilla?- Yo estudiaba en los Salesianos y jugaba en el Don Bosco, que no es un equipo afiliado, pero por cercanía sí afín al Sevilla. En un Don Bosco-Sevilla en el Marqués de Contadero hago un partidazo y Casto Ríos, de la secretaría técnica del Sevilla, se fija en mí y me dice que si ficho por ellos.
- Diría que sí al momento.- Tenía que hablar con mi familia. Vino a casa y allí preguntaron horarios de entrenamiento, idas y venidas... porque yo vivía lejos. Después de todo dijeron que sí porque era mi ilusión.
- Su primer gran salario fue de 1.000 pesetas.- Sí, en el juvenil. Era de los que más cobraba. En el Sevilla Atlético ya te pagaban 3.000 pesetas y luego en el primer equipo los casados cobraban el doble que los solteros. Eran los 70. Yo no fui de los que se casó para cobrar más, aguanté.
- Y luego estaban las primas por los derbis.- Teníamos primas por el derbi, el Madrid, el Barcelona y un equipo que elegíamos nosotros, que solía ser el Atlético o el Valencia. Por ganar en casa nos daban prima, por empatar fuera también y por ganar fuera era prima doble.
- ¿Ganó muchas primas en los derbis?- Jugué 21 y se nos dieron bien.
- En aquellos tiempos el fútbol no daba para un retiro dorado.- Ni muchos menos. Conozco jugadores que invirtieron bien en pisos y locales y han vivido cómodamente, otros no tanto. A raíz de las sociedades anónimas, la ley Bosman, la televisión y el marketing la cosa cambió. Antes el fútbol era una distracción del domingo después de una semana de trabajo, ahora es un carrusel de partidos cada día.
- Usted eligió el Sevilla y ya van 50 años.- 50 temporadas. Se dice pronto. Es alrededor del 40 por ciento de toda la historia del club. He conocido 11 presidentes diferentes...
- El reconocimiento con el Dorsal de Leyenda llega en el momento justo.- Cualquier momento era un buen momento. Que tu club se acuerde de ti con un acto tan especial siempre es motivo de orgullo.
- Debutó con el primer equipo en 1972.- El momento más inolvidable es el del debut. El día que por fin llegas a vestirte con la camiseta del primer equipo no lo olvidas. Fue en Gijón. Al poco viví mi peor momento, el descenso. Pasamos tres años en Segunda, pero subimos en el 75 y fuimos un equipo estable. Ya al final con Manolo Cardo jugamos en Europa dos veces. Después, en los despachos tuvimos una etapa administrativa con vaivenes hasta 2002, cuando se dio paso al Sevilla actual.
- ¿Cuáles son sus recuerdos más bonitos de corto?- El debut es inolvidable, el primer gol. Recuerdo el primer Trofeo Ciudad de Sevilla, en el que fui reconocido como el mejor jugador. A nuestra generación se le quedó la espina de ganar un título. Lo pude vivir después.
- ¿Alguna vez lloró en el vestuario?- En el descenso. El Sevilla no se merece bajar nunca a Segunda. Aquel año terminamos la primera vuelta terceros y, sin embargo, acabamos bajando. Nadie lo entendía, fue una barbaridad.
- Y luego llegó su paso del césped a los despachos.- Fue todo muy natural. Se hizo de manera transitoria porque seguía entrenándome con Manolo Cardo y luego me iba a la secretaría técnica. Nunca estuve fuera del club.
- ¿Cómo trabajaba entonces?- No era como ahora. No estaba tan parcelado. Ángel Castillo era el secretario técnico y luego estaban Pepe Alfaro y los entrenadores. Hacíamos de todo, para el primer equipo y para la cantera. Con Rosendo Cabezas sí se establece un corte entre el primer equipo y la cantera y cuando Pepe Alfaro se convierte en entrenador del Sevilla Atlético sí me quedo a cargo de lo que se llamaba fútbol formación.
- ¿Nunca quiso ser entrenador?- A mí me gusta mucho el campo, quizá sí podría haber sido entrenador, pero te acostumbras a organizar y desde los despachos puedes opinar más. Pero hago análisis de los equipos rivales, colaboro en la radio del club y medios nacionales hablando del primer equipo, con eso me quito el gusanillo de entrenar.
- El fútbol base es su vida.- Soy un enamorado del fútbol base y hay muchos profesionales que lo son. Pepe Alfaro era un amante del fútbol base, tenía dedicación exclusiva. Miguel Calzado, que estuvo conmigo diez años y ahora está en el Betis, o Gallego y Agustín López ahora, son hombres de fútbol de formación.
- Caparrós quiere un equipo con muchos canteranos.- Joaquín es hombre de cantera. Los buenos entrenadores para el primer equipo son los que tiran de la cantera porque son los que tienen la posibilidad de dar la oportunidad a los jugadores. Ahora Joaquín quiere darle protagonismo. A veces hay más canteranos y otras menos porque llegar es difícil, pero es cierto que hacen falta jugadores que se identifiquen con el club, eso es un éxito de la entidad y es significativo que el club haga esta apuesta tan fuerte.
- Los resultados están ahí.- La cantera del Sevilla ha producido mucho en los últimos años. Velasco, Jesuli, Reyes, Capel, tres campeones del mundo, Navas, Marchena, Ramos; Puerta, Luis Alberto, Alberto Moreno, Campaña, Rico, Lasso, Pozo, Carlos Fernández... El fútbol sevillano y de cantera tiene que ser aprovechado.
- ¿Le da pena ver a canteranos de nivel en otros equipos?- Te da pena porque los has formado para que defiendan al Sevilla, pero también es un orgullo ver a jugadores como Luna, Luismi, Cotán o Raúl Navas en Primera división. Entre Primera y Segunda hay muchos canteranos que se sienten orgullosos de haberse formado aquí.
- Cuesta mucho llegar. ¿Qué jugadores de los que brillaban se quedaron en el camino?- Siempre digo que Villegas y Pineda. Villegas y Reyes eran de la misma generación y desde cadete hacían muchísimos goles. Luego Villegas se quedó. Él y Pineda tenían todo para triunfar en el fútbol.
- Y luego llegó Navas, que le ha acabado quitando el récord de partidos jugados con el Sevilla.- Pero eso yo lo sabía ya, que si volvía me lo quitaría porque es un fuera de serie. Va a batir todos los récords del Sevilla y a ver quién se los quita a él. Es un jugador con unos hábitos de vida muy saludables y un futbolista como la copa de un pino.
- Con la remodelación de la ciudad deportiva tendrá un despacho cerca del Jesús Navas.- Es un reconocimiento muy merecido para él que el estadio principal de la ciudad deportiva lleve su nombre. Es el jugador más significativo de nuestra cantera. Navas es un ejemplo para los jóvenes que acuden a entrenarse cada día a la ciudad deportiva y ven hasta dónde pueden llegar. Es una recompensa merecida.