Desde que aterrizó en Nervión, Pablo Machín pidió el fichaje de un delantero de referencia, básico para su estilo de juego directo. Por ello, Ben Yedder no cuadraba en sus planes. El galo llegó a tener una oferta del AEK de Atenas sobre la mesa, pero rechazó marcharse y ha encontrado su sitio; según el técnico soriano, porque ha sumado a su capacidad resolutiva una mayor dosis de sacrificio y trabajo, que era lo que él le pedía.
"El entrenador intenta ayudar, pero si el jugador no ayuda o no tiene capacidad, es imposible. Un jugador de su calidad no puede ser intermitente, lo mismo que el caso del Mudo, tiene que tener más presencia y constancia, él lo entendió y cambió y el mérito es suyo, ayudado por esas conversaciones un poco para que entendiera por qué se le pedía eso. Lo que no quería era un Ben Yedder intermitente, y claro que lo quería, pero a esa intensidad. A lo mejor fui muy duro, incluso injusto, en la pretemporada con él", recordó ayer Machín en Canal Sur Radio.
Sea como fuere, al entrenador sevillista le ha costado convencerse de que Ben Yedder debe ser un fijo. En las tres primeras jornadas de Liga, de hecho, sólo le concedió siete minutos de juego, así como otros cinco en la Supercopa, pero desde que saltó tras el descanso ante el Getafe, liderando el baldío intento de remontada, el galo ha sido titular en todos los partidos salvo en los dos últimos, aunque en este caso por sus problemas físicos.