El calvario de Jovetic no tiene fin

El calvario de Jovetic no tiene fin
A Jovetic no le van bien las cosas de que salió de Nervión. - Carlos Pérez
Carlos PérezCarlos Pérez3 min lectura
Nadie entendió que el Sevilla FC, tras el excelente rendimiento que ofreció durante la segunda parte de la temporada 16/17 (firmó siete goles y cinco asistencias en 1.445 minutos), no se lo quedase en propiedad. Sobre todo, teniendo en cuenta que el mayor deseo de Stevan Jovetic era el de seguir jugando como blanquirrojo. 

El montenegrino regresó tras la cesión al Inter de Milán, donde no contaba, y estaba a la espera de que reapareciesen desde Nervión para llevárselo de manera definitiva. Óscar Arias, sin embargo, nunca fue de verdad a por él ese verano. Había elegido a Eduardo Berizzo para su primer -y a la postre único- proyecto como directo deportivo del Sevilla y el 'Toto' no sabía dónde ubicarlo, pues aterrizó con la idea de jugar 4-3-3, con 'su' Nolito, en la izquierda; Jesús Navas, en la derecha; y Ben Yedder en punta. Contando en la plantilla, además, con Muriel (el fichaje más caro de la historia del club), Joaquín Correa, Pablo Sarabia, Jesús Navas (el lateral titular era Mercado) y hasta Walter Montoya, al que dio muchos minutos como titular al principio, para sorpresa de todos.

A Jovetic, ni extremo ni delantero centro, no sabía dónde ubicarlo. Así las cosas, el artillero histórico de Montenegro terminó yéndose al AS Monaco, cuando Mbappé se marchó al PSG. Y, desde entonces, está viviendo un autético calvario

En la presente temporada, en la que su equipo ocupa el penúltimo lugar de la tabla, apenas ha podido estar sobre el césped 334 minutos, la haber sufrido dos lesiones. En total, ha estado cinco partidos sano y el doble en la enfermería

Jovetic, que tuvo un amargo 29 cumpleaños el pasado día 2, tampoco tuvo mucho protagonismo en la 17/18, pues Leonardo Jardim no pudo contar con él durante 19 encuentros.

Con contrato hasta 2021 y uno de los salarios más altos de la Ligue 1, Jovetic trata en estos momentos de recuperarse de una lesión muscular, la enésima de su carrera. Sólo en Nervión, donde era tremendamente feliz, no se lesionó. Machín, seguramente, no hubiese tenido problema en hallarle un hueco...