El fichaje del delantero por parte del
Sevilla estuvo envuelto en polémica todo el verano. Primero porque no llegaba y, después, porque las primeras opciones que barajaba la dirección deportiva se iban escapando. Al final, el elegido fue
André Silva. El portugués llegaba como una promesa emergente de Portugal que no había dado la talla en Milán. Sus cuatro goles en la
Serie A no eran la mejor carta de presentación, pero en
Nervión apostaron por él y no dudaron en firmar una opción de compra que elevaría el fichaje del delantero a los 38 millones de euros que pagaron por él los lombardos.
Apenas dos meses después de esa incorporación, nadie duda de la capacidad goleadora de André Silva, que con su doblete ante el
Real Madrid se ha convertido en el
Pichichi de LaLiga con seis dianas. Su estreno ante el
Rayo Vallecano, con un 'hat-trick' elevó las expectativas sobre el ariete de la selección portuguesa -también ha mojado con la seleçao-, aumentadas tras su gol al
Levante y el mencionado doblete ante los blancos.
En los dos últimos choques,
Machín ha decidido colocarlo junto a
Ben Yedder, que también está viendo puerta, como suele ser habitual en él. La dupla tiene visos de estabilizarse y se entienden a las mil maravillas. Y es que ambos han demostrado que funcionan mejor con un socio en la vanguardia.
Ese socio podría haber sido otro, ya que la idea del
Sevilla siempre fue incorporar dos puntas. Primero se intentó con
Batshuayi, quien prefirió ir al
Valencia y jugar la
Champions. La adaptación al equipo che no está siendo sencilla para el belga, que en los primeros choques se ha visto relegado a un segundo plano por
Rodrigo y Gameiro. Eso sí, ayer
Marcelino le dio la titularidad en LaLiga y respondió con un gol.
Peor suerte está corriendo hasta la fecha
Mariano. Después de tenerlo todo acordado con el
Sevilla, a última hora decidió regresar al
Real Madrid. Allí vive a la sombra de
Karim Benzema. Apenas llega a la hora de juego, por más que en su debut en la
Champions marcara un gol de bandera ante la
Roma.