El
Sevilla Fútbol Club ofreció en la noche de ayer una cara poco vista en su historia reciente. Sólo un dato: el primer
tiempo finalizó con hasta 41 pérdidas de balón de los de
Pablo Machín (17 en el cuarto de hora inicial). Con esta referencia,
VAR al margen, se entiende fácilmente el marcador del primer periodo (e inamovible a la postre), en el que el Getafe, guiado por un eficaz Ángel y por un talentoso
Jorge Molina, puso mucha tierra de por medio y afeó el 1-3-4-2-1 del soriano.
En su habitual esquema,
Machín optó por incluir a
Gnagnon para suplir al lesionado Mercado en la línea defensiva de tres, mientras que apostó por
Aleix Vidal a pierna cambiada en lugar de Arana para el carril izquierdo. En la mediapunta, por su parte, Sarabia estuvo acompañado por Nolito, siendo éstas las tres novedades respecto al derbi. Hubo voluntad pero, lo dicho, muchas imprecisiones y facilidades a un sólido rival que encontró en su delantero canario la solución a un partido en el que siempre remó con la corriente a favor. Sólo
Banega se mostró decente en la medular, lo que se antoja escaso para sacar réditos.
Cambios para no cambiarEl paso por vestuarios implicó las entradas de
Ben Yedder y ‘Mudo’ Vázquez, este último ocupando el sitio de un precipitado
Roque Mesa en el doble pivote, y mostrándose más ofensivo que el ex de Las Palmas. Pero los cambios no descompusieron al Getafe, que jugó con el cronómetro y con un rival que acabó compitiendo con más corazón que cabeza. A destacar, también, el ingreso en el campo de
Promes para cubrir todo el lateral dejado por un
ineficaz Aleix.