Salvo una catástrofe mayúscula, el Sevilla estará en la tercera ronda previa de la Europa League, la segunda de las tres que debe superar para lucir su distintivo de único pentacampeón del torneo en la
Fase de Grupos, primer e ineludible objetivo de la temporada.
El holgado 4-0 firmado en la ida hace una semana y el discreto nivel ofrecido por el
Újpest en el Sánchez-Pizjuán invitan a pensar que el choque de hoy no es más que un trámite. Pero en una pretemporada decisivamente influenciada por estos tempraneros encuentros oficiales, con pocos amistosos y casi ninguno de nivel a las puertas de luchar por el primer título del curso,
Pablo Machín debe aprovechar estas citas para seguir implementando su ideario futbolístico, del que ya dejó pinceladas en su estreno oficial.
Con un fútbol más directo, que busca la posesión pero no duda en recurrir al balón en largo, y con la presión como arma principal para sacar rédito de las segundas jugadas, el nuevo Sevilla tendrá esta noche, por tanto, una nueva oportunidad para seguir tomando forma ante un motivado pero limitado rival que en la anterior ronda remontó un 3-1 en contra con un inapelable 4-0 ante el Neftçi.
Además,
estará alentado en las gradas por más de 14.000 hinchas. Y es que, tal y como anunció ayer el histórico club húngaro, semifinalista de la Copa de Europa en los años setenta, se ha colgado el cartel de no hay billetes en el
Estadio FerençSzusza, al que da nombre un mítico jugador magiar que dejó sello en nuestra ciudad sentado en el banquillo del eterno rival, cumpliéndose ayer doce años de su fallecimiento.
Pero nada de eso debe ser obstáculo para que el conjunto de
Nervión selle su pasaporte a la Q3, donde aguardaría un adversario de nivel similar, y siga ganando en confianza con una victoria y una imagen que evidencie la esperada progresión.
Para ello, el técnico soriano, lejos de reservar piezas por lo cómodo del resultado, bien podría seguir acercando su once al que opondrá al Barça en la Supercopa de España, por lo que se mantendrían en la alineación
el meta Vaclik, un Navas que ya destrozó al Újpest en la ida con todo el carril diestro por delante o Ben Yedder en punta, a la espera aún del ansiado ´9´ referencia que el de Gómara reclama para poder explotar al máximo su estilo. Los cambios podrían llegar en el eje de la zaga, con la entrada de
Mercado por Escudero, que podría ocupar su lugar habitual en detrimento de Arana, pero aún con
Pareja y Carriço, que poco más deben resistir ante la llegada de Sergi Gómez, ya hoy en el banquillo, y Gnagnon, con Kjaer además fuera de la lista y la posibilidad de incorporar todavía un central más.
Además, en la medular debe entrar Banega, al igual que Mercado con más de una semana ya de trabajo en sus piernas tras su incorporación tardía por su presencia en el Mundial, esperándose del rosarino, llamado a ser de nuevo el faro del equipo, que comience a formar con
Roque Mesa una dupla básica en el engranaje del bloque.
Y en ataque, Sarabia, Nolito y el ´Mudo´ pugnarían por dos puestos en la media punta, también con Muriel ya disponible y
el canterano Pejiño opositando a seguir siendo una de las sorpresas agradables del verano sevillista. Un periodo estival que centra la atención de los aficionados en el mercado, aunque los profesionales, obligados a competir tan pronto, deben centrarse en un largo camino europeo que exige aparcar las confianzas para imponer el favoritismo.