Así trabaja un club sin director deportivo

Así trabaja un club sin director deportivo
Óscar Arias y el presidente José Castro, durante un entrenamiento del Sevilla Fútbol Club. - Alejandro Sáez
Alejandro SáezAlejandro Sáez 4 min lectura
El pasado 24 de abril, a altas horas de la noche, el presidente José Castro se sentaba en la sala de prensa del Sánchez-Pizjuán y anunciaba la destitución de Óscar Arias como director deportivo del Sevilla F.C. a final de temporada, cuando el onubense dejará de pertenecer al club (tenía otro año más de contrato firmado).

Mientras tanto, Arias seguiría trabajando para los de Nervión, aunque no participaría en la planificación de la plantilla de la próxima temporada. Una decisión que llegó como consecuencia de la lamentable imagen demostrada por el plantel blanquirrojo ante el Barcelona en la final de Copa y que dio forma a la "medida" anunciada por el mandamás sevillista días antes, como 'solución' a la catástrofe en el Wanda Metropolitano.

Desde entonces, el anuncio de un mes para encontrar el recambio de Arias (quedan poco menos de diez días para ello) y un enorme vacío en una parcela deportiva por reestructurar que tiene prácticamente paralizado al pentacampeón de Europa en unas fechas cruciales (sin ir más lejos, el otro equipo de la ciudad tiene ya tres fichajes cerrados a falta sólo de la oficialidad).

La situación, por otro lado, resulta lógica, pues sin director deportivo ni entrenador es imposible planificar nada, por muchas estructuras que tenga el club o muy bien que haya venido trabajando la dirección deportiva desde que se hiciera cargo de ella el hoy añorado Monchi.

Y es que es cierto que en Nervión siguen trabajando las estructuras, aunque se están topando con el consecuente cuello de botella que implica la falta de una cabeza visible, pues cabeza, los últimos meses, parece haber poca en Eduardo Dato.

En primer lugar, destacar que Óscar Arias hace días que dejó de acudir al club y que el 'despido diferido' anunciado en su día no fue más que la prueba de una decisión tomada a la ligera. Es cierto que el onubense continuó unos días más 'trabajando' en su deseo de ayudar al indultado Montella, pero cuando el italiano fue destituido días después, entendió que su etapa en Nervión había acabado (llegó Caparrós con su grupo de trabajo).

Y con la suya, la de Javi Guerrero, quien consideraba que había venido de la mano de Arias y que, por tanto, tenía que marcharse con él, más si se tiene en cuenta que su llegada despertó polémica desde antes, incluso, de arribar. De todas formas, a diferencia del director deportivo, su contrato sí culminaba a final de temporada y no iba a ser renovado.

Sí sigue hasta el 30 de junio, sin embargo, Emilio de Dios, quien vino con Arias como responsable de Fútbol de Élite y ahora trabaja de manera interina como la figura que recopila la información que filtra Jesús Arroyo, subdirector general del club y uno de los profesionales más preparados dentro de la institución, lo que le ha llevado a contar cada vez con más protagonismo en la parcela deportiva a lo largo de esta temporada (apunten este nombre para un futuro).

Un trabajo que, por otro lado, se encarga de introducir en la base de datos Jesús Olivera, a la espera de que el futuro director deportivo (que posiblemente vendrá con su equipo y trabajo ya hecho) lo tenga en consideración, o no. Es decir, un tiempo perdido que seguramente se echará de menos este verano. Y todo ello, con tres previas europeas.