Óscar Arias, director deportivo del Sevilla,
sólo ha aguantado un ejercicio como responsable de la planificación de un equipo en el que, pese a llegar a la final de Copa, a cuartos de Liga de Campeones y tener opciones europeas, aún pesa la sombra alargada de su antecesor, Ramón Rodríguez 'Monchi'.
Arias, de 52 años, se hizo cargo de la dirección deportiva del Sevilla cuando Monchi, artífice reconocido de los éxitos sevillistas de la última década,
decidió irse a Roma y, pese a que parte del trabajo estaba adelantado, ha sido quien ha asumido los costes de la dolorosa derrota ante el Barcelona en la final copera.
Este 5-0 precipitó una reunión del consejo de administración del Sevilla tras la que el presidente del club, José Castro, anunció en la noche del lunes la marcha de Arias al final de esta temporada y la continuidad del técnico italiano Vincenzo Montella, quien había sustituido el pasado diciembre al argentino Eduardo Berizzo.
Óscar Arias, hombre de club y del equipo de Monchi, asumió el legado del gaditano y,
de la mano del 'Toto' Berizzo, emprendió una nueva etapa con trece fichajes que empezó a torcerse con los altibajos en el juego desplegado por el Sevilla del argentino, que además tuvo que hacer frente a una operación por un carcinoma.
El todavía director deportivo del Sevilla, quien comenzó su andadura en 2004-2005 con el Recreativo de Huelva, llegó al club de Nervión en 2013 tras un paso de dos años por Las Palmas entre 2009 y 2011, y lo hizo como responsable de fútbol de élite en la secretaría técnica de 'Monchi'.
Óscar Arias asumió el testigo del de San Fernando el pasado 21 de abril y compuso una plantilla a la que regresaron viejos conocidos y símbolos de la afición sevillista como
Jesús Navas, procedente del Manchester City, y el argentino
Éver Banega, desde el Inter de Milán.
Junto a ellos,
llegaron en verano caras nuevas como Sebastien Corchia, del Lille francés; Lionel Carole, del Galatasary turco; Johannes Geis, del Schalke 04 alemán; Simon Kjaer, del Fenerbahçe turco; Manuel Agudo 'Nolito', del Manchester City ingles; Guido Pizarro, del Tigres mexicano y Luis Muriel, de la Sampdoria italiana.
El desigual rendimiento de algunos de estos fichajes, la decepción en el de otros y las dudas suscitadas por el juego del equipo precipitaron
la salida de Berizzo, la apuesta por Montella y, además, la llegada como refuerzos en el mercado invernal de Roque Mesa, del Swansea; Sandro Ramírez, del Everton; Miguel Layún, del Oporto, y Guilherme Arana, del Corinthians.
Sin embargo, todas estas circunstancias no sirvieron para enderezar el rumbo de un equipo que, junto a simas como las goleadas recibidas por el Real Madrid, Eibar, Spartak de Moscú y, sobre todo, la recibida en casa ante el eterno rival, el Betis; ofreció cimas como la eliminación del Manchester United en Old Trafford en octavos de la Liga de Campeones, y llegar a la final de la Copa del Rey.
El Sevilla de Arias y Montella se plantó por primera vez en su historia en los cuartos de la máxima competición europea, en los que cayó con honor ante el todopoderoso Bayern de Múnich; aunque su actuación en la final ante el Barcelona por 5-0 ha precipitado la marcha del director deportivo de la entidad.
El consejo sevillista ha confiado en Montella para obtener plaza en la Liga Europa y, para ello, tiene por delante un calendario en el que figuran
Levante, Real Sociedad, Real Madrid, Real Betis y Alavés.