Final de la Copa del Rey

Sevilla F.C.-F.C. Barcelona: Sevilla, viste tus mejores galas

Sevilla F.C.-F.C. Barcelona: Sevilla, viste tus mejores galas
- I. Morales
Isabel MoralesIsabel Morales8 min lectura
Casi desde el mismo momento en el que acabó el partido contra el Bayern en el Allianz Arena, en la mente de los sevillistas sólo había un pensamiento, una fecha: la Copa del Rey, hoy. Ni LaLiga, que este año parece haber quedado en un segundo (y peligroso) plano, ni la Feria, otrora fecha para el goce y disfrute del sevillismo porque ha coincidido con grandes gestas en blanquirrojo. Nada. Este año el Sevilla se la juega todo a una carta, la de la final de Copa del Rey ante el F.C. Barcelona en el Wanda Metropolitano, un oasis en el desierto de sinsabores y frustración en el que se ha convertido la temporada del Sevilla y que podría salvarla del fracaso si finalmente no consigue amarrar, vía torneo doméstico, una plaza para competición continental el próximo ejercicio.

Pero, sin duda, el de esta noche es su hábitat natural. Donde el Sevilla verdaderamente se siente cómodo. Una temporada más ha vuelto a ratificar su gusto por las finales y, entre ellas, las de la Copa del Rey, a la que ha accedido por cuarta vez en lo que va de siglo y por novena en toda su historia. Un idilio, el del Sevilla con las grandes noches, que parece grabado a fuego en la piel del sevillista, que presume de haber mantenido intacto, pese a la mala imagen ofrecida en el torneo de la regularidad, su gen competitivo, el que le convierte en miembro de ese selecto club de elegidos al que sólo tienen acceso los más grandes del continente.

Por eso, para hoy Montella ya tiene elegido su traje de chaqueta, ése que sólo se pone cuando intuye que va a salir en la foto que quedará para el recuerdo. Todas las energías están puestas en lo que pueda pasar en el estadio colchonero, sede de una final que va camino de convertirse en un clásico. El pulso se acelera, los nervios están a flor de piel, la garganta rota pero con cuerda todavía para aguantar toda la noche. Cuando el Sevilla huele el metal se transforma.

Nada tiene que ver con el equipo anodino, plano y sin ambición de LaLiga. Lo demostró en el Allianz Arena, en Old Trafford o antes en Anfield, pero también en el Wanda, donde encarriló, justo en su peor momento de la temporada, una eliminatoria de cuartos de final ante el Atlético en este torneo que hoy acaba. Otra gesta más que sumar a esa larga lista que atesora un club especialista en finales que, arropado por los más de 25.000 sevillistas que se van a desplazar a lo largo del día de hoy hasta la capital de España, se ve capaz de arrebatarle el título al F.C. Barcelona, que llega al Metropolitano sin haber perdido ni un solo partido en LaLiga, pero con el hambre afilada tras su eliminación en la Champions a manos de la Roma de Monchi de hace apenas unos días.

Son todas esas noches mágicas que permanecen en el imaginario de todos los sevillistas las que deben alimentar el alma de los once que salten hoy de inicio en el estadio madrileño y estar muy presentes. Sobre ellas se ha fundado este Sevilla que hoy buscará el sexto título copero de su historia.

La de esta noche será la segunda final de la Copa del Rey entre sevillistas y culés y la sexta en todas las competiciones -dos Supercopas de Europa y otras dos Supercopas de España-, y hasta ahora el balance es favorable a los catalanes, que ganaron cuatro títulos por uno de los andaluces. La única victoria sevillista en una final se dio en la Supercopa de Europa de 2006, disputada en Montecarlo, con Juande Ramos en el banquillo (3-0, con goles de Renato, Kanouté y Maresca, en la actualidad, miembro del cuerpo técnico de Montella).

Ése será el espejo y para emularlo Montella ha estado trabajando en la más estricta intimidad estos días en su retiro de Marbella, a donde se llevó concentrado el equipo directamente desde La Coruña, para evitar las tentaciones de la Feria.

Allí ha trabajado con todos sus jugadores disponibles menos Ganso y Kjaer, el primero apartado del equipo y el segundo lesionado, aunque presumiblemente, el once de valientes que saltará esta noche al césped del Metropolitano parece definido en su totalidad. El técnico napolitano dio descanso a varios de sus jugadores clave en el partido ante el Deportivo del pasado martes precisamente para que llegaran frescos a esta noche, aunque otros como Mercado, Jesús Navas, Banega o Correa, indiscutibles desde su llegada al banquillo, sí jugaron en Riazor, por lo que llegarán con una carga de minutos importante acumulada en sus piernas.

David Soria ocupará la portería ante el Barcelona. Relevo de Sergio Rico desde la ida de los cuartos de final ante el Bayern, el canterano ha ofrecido un importante nivel en los encuentros que ha disputado, en los que ha exhibido seguridad y aplomo.

En la zaga, la línea de cuatro se recita ya casi de memoria, con Navas y Escudero en los laterales y Mercado y Lenglet en el eje.

Por delante, Nzonzi volverá al centro del campo después de descansar en el último encuentro de Liga ante el Deportivo, acompañado, como siempre, por Banega y Franco Vázquez haciendo las veces de nexo con una vanguardia en la que la duda está en si Montella seguirá dando confianza a Sandro, como en los últimos encuentros, o mantendrá su apuesta por Sarabia, Correa y Muriel, como ha venido haciendo prácticamente desde su aterrizaje en la capital hispalense.

Más allá de los nombres, el gran reto al que se enfrenta el equipo nervionense esta noche es acabar con sus problemas de efectividad principalmente en el área contraria, donde ha demostrado carencias latentes en los últimos encuentros, pero también en la propia y más ante uno de los equipos más letales del continente y que tiene en sus filas a jugadores de la talla de Messi, Luis Suárez o Coutinho.


Sin inventos culés
Por su parte, Valverde tampoco parece tener muchas dudas y menos después de la recuperación de Rakitic tras su operación en la mano. El técnico culé planea apostar por la misma alineación que ganó al Atlético, salvo Cillessen, portero de la Copa, por Ter Stegen. No se esperan inventos tácticos, al menos inicialmente, con Sergi Roberto y Jordi Alba en los laterales, y Piqué y Umtiti como centrales. En la media, Busquets estará acompañado del capitán Andrés Iniesta y el habilitado Rakitic, con Leo Messi, Luis Suárez y Coutinho en el ataque.