Las críticas a Montella se centran en su insistencia por apostar siempre por los mismos mimbres y no confiar en otros recursos. Pero si hay un caso llamativo es el de Paulo Henrique Ganso, al que el italiano ni siquiera ha llegado a convocar. Y es que, en la práctica, el brasileño es un descarte que convive día a día en el vestuario sevillista, aunque, como destacan en Brasil, ni siquiera participa en la rutina de entrenamientos como el resto de sus compañeros.
Desde que en el pasado mercado invernal viese frustrado su deseo de cambiar de aires, es habitual que el mediapunta se ausente de las sesiones o trabaje al margen en el gimnasio, viviendo una extraña situación que resume un reportaje de la web'terceirotempo0, la cual recoge palabras de Enzo Maresca, ayudante de Montella, que niega que el ex del Santos viva al margen del grupo: "Cuando el entrenador lo crea oportuno, volverá a convocarlo, es una decisión técnica que se toma por el trabajo de todos los días. No creo que Ganso haya bajado los brazos, tal vez esté con la moral baja, pero, poco a poco, con trabajo, todo puede revertirse".
Pero no es Montella, sino Óscar Arias, al que la citada web apunta como máximo responsable de la situación, según fuentes del entorno del jugador. Esto es porque no quiso escuchar la propuesta de su agente, Giuseppe Dioguardi, al que ni siquiera respondió cuando le 'invitó' a rescindir un contrato que le costará al club 12 kilos hasta 2021.
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