Por todos es conocido
el gusto de Monchi por 'pescar' en la liga francesa, por su relación calidad-precio, por el perfil físico-técnico de sus futbolistas, porque otros mercados -como el brasileño o el argentino- se volvieron muy caros, tras la irrupción de los clubes rusos o ucranianos, y, también, porque domina el idioma.
Gameiro, Squillaci, Dabo, Keita, Kondogbia, Krychowiak, Kolodziejczak, Trémoulinas, Chevantón, Romaric, Lenglet... La lista es larguísima. Sin embargo, en la presente temporada,
sólo uno de los 13 fichajes realizados por
Óscar Arias ha llegado desde la
Ligue 1, y se trata de un
Sébastien Corchia a quien Monchi ya había tratado de contratar, sin suerte, en distintas ocasiones y que habría arribado en cualquiera de los casos.
Y no es que Arias haya dejado de mirar al mercado galo, sino que el director deportivo nervionense tiene
una especial querencia por la Serie A, debido a que
fue el campeonato que más escudriñó, con diferencia, durante su etapa como ojeador y secretario técnico en el club nervionense. No sólo tuvo mucho que ver en los fichajes de
Joaquín Correa o Franco Vázquez. También, por ejemplo, hizo en su día un amplio seguimiento de
Marco Verratti, cuando jugaba en el Pescara, y, más recientemente, de
Luis Muriel, su fichaje estrella. El 'casting de entrenadores', tras la destitución de Berizzo, de hecho, se inició en Roma por su amplio conocimientos de técnicos como
Walter Mazzarri o Vincenzo Montella, a quien finalmente acabó firmando, para sorpresa de todos. Arias, además, trató en enero de concretar los fichajes de
Daniele Baselli -cuando se buscaba un perfil distinto de mediocentro-,
Marcelo Brozovic (Prandelli frustró su llegada a última hora),
Daniele Verde (atacante cedido por la Roma al Hellas Verona a quien prometió subir pronto al primer equipo si llegaba para el filial), el lateral derecho
Bruno Peres (su condición de extracomunitario impidió ir a más) o, según la prensa transalpina,
Stephane El Shaarawy.
Y, con toda seguridad, habrá tanteado a otros muchos futbolistas que, por distintas circunstancias, acabaron vistiendo de blanquirrojo. Es la querencia de Arias por la Serie A.