'Non c´è sconfitta nel cuore di chi lotta' (No hay derrota en el corazón de quien lucha) rezaba en la camiseta con la que un joven Enzo
Maresca se dirigía a la curva para celebrar junto a los ´tifosi´ de la Fiore la ansiada permanencia conseguida con el conjunto viola en la última jornada de la Seria A del Calcio en la 04/05, una temporada en la que ´Il Capo´ consiguió seis dianas en 25 partidos y en la que durante su año de cesión en Florencia (pertenecía a la Juve) consiguió una vinculación tan estrecha con la grada del Artemio Franchi como años después repetiría en Nervión, donde, casi sin saberlo, escribiría en el subconsciente de todo el sevillismo esa cita célebre que dibujó sobre su camiseta durante aquel 3-0 frente al Brescia que dejaría a la Fiorentina en Primera.
Un
´No hay derrota en el corazón de quien lucha´ que, según el propio Maresca,
caló hondo en el vestuario sevillista y que hoy vuelve con él para intentar imponerse en el
derbi frente al Betis, un encuentro que, como futbolista, disputó hasta en
siete ocasiones, sumando
tres victorias y dos empates, habiendo caído en otras dos. Un
duelo cainita que, tras su marcha,
nunca olvidó ("La distancia separa,el sentimiento une. Forza SFC! Bonitos recuerdos de aquel derbi ganado con un gran trabajo del equipo y un gol mío", recordaba desde Génova cuando militaba en la Sampdoria) y en el que
se estrenó dándole la victoria a los suyos con el gol del triunfo.
Ahora vuelve al Sánchez Pizjuán como algo más que un mero asistente técnico y con ese ´corazón en lucha´ que le caracterizó como capitán sevillista, que le convirtió en el
héroe de Eindhoven y con el que hoy intentará ganar el derbi, su octavo.