Los casos de
Grzegorz Krychowiak (27) y Samir Nasri (30) también confirman esa extendida teoría de que a casi ningún jugador que deja el Sevilla le va bien fuera.
El caso del polaco, ahora en Inglaterra, es
tremendamente curioso. En Nervión estaban
dispuestos a venderlo, ya que
no era del gusto de Jorge Sampaoli, y acabó en el París Saint-Germain, tras solicitar su fichaje un
Unai Emery para el que fue determinante durante su etapa en el Sevilla. Pero Krychowiak no cuajó y acabó saliendo del club francés el pasado 30 de agosto, con destino al
West Bromwich Albion. La llegada de Alan Pardew al banquillo de los 'Baggies' en noviembre fue muy negativa para el exjugador blanquirrojo, quien hasta entonces sí estaba contando con protagonismo.
Aunque parezca extraño,
Pardew utiliza a Krychowiak como medio ofensivo, por delante de
Claudio Yacob, y ahí el polaco está teniendo muchas dificultades. Y como
su salario semanal asciende a 113.000 euros, el West Brom le ha pedido al PSG que vuelve a hacerse cargo del mediocentro.
El caso de Nasri es más o menos parecido. Pese a coquetear con clubes como el
Olympique de Marsella o el AC Milan, el mediapunta se decantó por firmar con el
Antalyaspor turco, donde ya jugaba su compatriota Jérémy Ménez, quien le convenció para que jugase a su lado. En el equipo turco, sin embargo, hace tiempo que dejaron de irle las cosas bien, pues está muy cerca de los puestos de descenso y Nasri (8 partidos, dos goles y una asistencia), ahora lesionado, anda desaparecido.
El Antalyaspor, incapaz de sostener económicamente su plantilla dicha situación, quiere desprenderse del franco-argelino, quien, eso sí, podría seguir su carrera en Turquía. Como el pasado verano, el Galatasaray llama de nuevo a su puerta.