Muy discutida ha sido la participación del argentino Matías Kranevitter en Nervión, desde que arribara éste el pasado verano en calidad de cedido por el Atlético de Madrid, junto a su compatriota Luciano Vietto. Un centrocampista, el ex de River Plate, al que llevaba tiempo Monchi siguiéndole la pista, hasta que esta temporada ha acabado luciendo la elástica del Sevilla en el centro del campo blanquirrojo, donde no ha acabado de contentar a la parroquia sevillista, mostrándose mucho más gris y pasivo de lo que muchos pensaban antes de verlo como nervionense. Un discutido Matías Kranevitter que ha dejado unas dudosas sensaciones en la zona ancha, donde le ha costado entenderse con N’Zonzi, y donde no ha estado a la altura cuando le ha tocado suplir al galo. Eso, al menos, son las sensaciones dejadas por éste entre el sevillismo, pues su trabajo dice todo lo contrario.
De hecho, es uno de los centrocampistas de LaLiga que más pases del rival corta en campo contrario; concretamente el quinto, sólo por detrás de Illarramendi y Zurutuza (Real Sociedad), Camacho (Málaga) e Iturraspe (Athletic Club). Una destacada participación en la tarea defensiva que, lógicamente, ha contado con una abultada influencia en el fútbol sevillista a lo largo de toda la temporada, como bien destaca la cuenta especializada de Twitter @FútbolAvanzado. Una tarea que brilla poco de cara a la galería, pero que es tanto, o más, importante que otras que resaltan más. Y es que ese, quizás, ha sido el gran problema de Matías Kranevitter durante su temporada como sevillista, en la que su principal ocupación ha sido la de recuperar el esférico en la zona ancha y devolvérsela a un compañero. Algo que, en 21 partidos de Liga como sevillista (1.281 minutos disputados), cobra aún mayor relevancia. Y es que sus estadísticas demuestran que, quizá, no se ha sido justo con Kranevitter este curso.