Las sombras del 'Amateurismo'

Alcanzar "la punta" o "colonizar la mente de los jugadores" son algunos de los múltiples y variopintos conceptos con los que desembarcó en Nervión el 'Amateurismo' de Jorge Sampaoli; una filosofía tan abstracta y difusa como el propio fútbol del casildense, el cual ha supuesto una auténtica revolución en el Sánchez-Pizjuán y en Europa, donde el exseleccionador chileno afronta su primera aventura como técnico en el Viejo Continente.

Y es que el 'Amateurismo', ese sentir exacerbado por el escudo y por los colores de la camiseta que uno defiende como si de un hincha más se tratase (así, al menos, viene a definirlo el propio Sampaoli), ha calado hondo en Nervión, donde han visto a su equipo luchar por cotas altas hasta el último tercio de la temporada, ilusionando a una afición y una entidad que en los últimos años estaba acostumbrada al éxito, pero a un nivel de exigencia bastante menor.

Creer que era posible luchar por la Liga junto a los dos grandes, Real Madrid o Barcelona, o la Liga de Campeones era un estado de ánimo que reinaba en la mente de todos los sevillistas hasta hace escasas semanas y eso, lógicamente, era gracias a Sampaoli y a su idea del fútbol. Pero el Leicester devolvió a todos a la cruda realidad, poniendo los pies en el suelo y recordando que aún hay mucho camino por recorrer.

Que el 'Amateurismo' tiene luces, sí, pero que aún le faltan mimbres para asentarse en Nervión, primero, y en Europa, después, donde el nivel de exigencia es mucho mayor que en el fútbol suramericano. Y ahí es donde entran en juego las sombras de un 'Amateurismo' que convencen menos, como son el aspecto físico del plantel, la estrategia o unos planes de trabajo demasiados 'amateuristas'.


Nada que ver con las largas palizas de Unai
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero entre las tediosas sesiones de trabajo de Unai Emery y los entrenamientos de Jorge Sampaoli existe también un término medio. Cerradas a cal y canto, lo que se conoce de ellas es que el balón y los partidillos ocupan la mayor parte de las mismas, echándose en falta un mayor empeño en otros aspectos. No todo es sacar la pelota jugada desde tu campo.


El equipo ha llegado literalmente fundido
Fundida. Así ha llegado la primera plantilla del Sevilla Fútbol Club a este último tercio de la temporada, en el que verdaderamente se ganan los títulos o se lucha por ellos tras todo un curso al acecho. Y es que al Sevilla de Sampaoli no le ha dado para más, con las piernas cargadas de minutos al mayor nivel de exigencia posible. De ahí que hoy por hoy el luchar por el tercer puesto sea lo máximo.


Los penaltis lo han dejado en evidencia
La falta de tino de este Sevilla desde los once metros ha sido uno de los detalles que más ha puesto en evidencia lo mal trabajada que está la estrategia y el balón parado en Nervión en esta temporada. Un equipo que aspira a todo no puede rifarse un lanzamiento de penalti o el botar una falta. Hay mucho trabajo por delante.