Jorge Sampaoli, técnico del
Sevilla, fue anoche el protagonista de
'Universo Valdano' donde mantuvo una larga charla con su paisano para
BeIN Sports. El preparador nervionense repaso sus comienzos, su paso muchos banquillos hasta dar el salto a
Europa de la mano del
Sevilla. "Era una apuesta, la que me tocaba, era un equipo que iba a jugar la Supercopa de Europa y de España, clasificado para la Champions y todo eso me sedujo mucho más que la sensación de temor por llegar a un sitio donde alguien consiguió muchas cosas con un estilo totalmente opuesto"
La
idea de Sampaoli siempre fue inculcar sus ideas desde el primer segundo, "pegar un volantazo rápido" con lo anterior, como él mismo dice: "Todavía seguimos luchando con nombres propios del equipo que se sienten jugando muy cómodo de otra forma. Ellos tienen la fundamentación de los porqués, y yo trato de empujarlos todo el tiempo para adelante. Es una lucha diaria donde estamos recién empezando pero el grupo está respondiendo. Todo depende de cómo te sentís dentro de la cancha, disfrutando, no siendo sometido, tratando de saber que enfrente hay un equipo que juega muy bien pero sabiendo que nosotros somos mejores, y en ese camino vamos".
Comienzo con altibajos hasta llegar a ahora: "El equipo fue creciendo en el tiempo, los resultados van ayudando. Es un grupo que está muy convencido, y tenemos que lograr con el paso del tiempo es que ese convencimiento no se deteriore con un resultado adverso. Tuvimos muy buenos partidos, que lo acabamos definiendo en el final, y lo que tenemos claro hoy, más allá del lugar que ocupa, que para lo que viene vamos a tener que fortalecer mucho esto porque hay otra imagen que fue con la que perdimos en Granada".
Pesará más el esfuerzo físico o la ambición: "Creo la preparación física es muy importante, pero más trascendente es la imagen de buscar la pelota tras marcarle al Madrid en un partido muy difícil para ganar el partido, por eso creo que es más trascendente las convicciones y el sentimiento por disfrutar del juego".
El fútbol moderno: "El otro día le explicaba a un árbitro que si con el aparato en el oído no le molestaba, que si no le dejaba pensar con tanta informacion, ellos me decían que las ayudas eran buenas. Pues igual en el fútbol, pero para mí atenta contra el talento, está todo tan profundizado por la tecnología cuando antes con una pelota bastaba. Ahora vas a un campo de entrenamiento o de juego y parece una pista de aterrizaje".
El entorno del jugador: "Hay mucha gente que está alrededor del futbolista que no lo deja divertirse, no podemos ser oficinistas. El otro día teníamos salidas prefijadas ante el Real Madrid, pero luego la presión del rival te lo modifica, yo no puedo prefijar, porque entonces el jugador tiene la excusa, se prefija y se automatiza, y así pierde el sentido de decisión. Tratamos de devolverle al jugador que somos entrenadores de futbolistas. Si el jugador no tiene libertad para pensar, no la tiene para crear. El que decide es el jugador, tenemos que tener una diferente forma de resolución, tenemos mil matices que lo dan los futbolistas, también le hacemos partícipe al propio jugador hablando con él, de últimas no decido yo".
Siempre al ataque: "Tenemos que ir a la presión, una vez será el nueve, el siete o el diez, pero hay que ir, esa es la palabra, porque ellos tienen la pelota y nosotros la queremos".
Pesa más la palabra que la imagen: "Si yo logro seducir al jugador a través de la palabra vale más que cualquier imagen. Somos gestores de emociones, podemos ir perdiendo, como el otro día, y aceptar la derrota, pero esa rebeldía la estamos construyendo todo el partido, y hay que atacar hasta el minuto 94 o 95".