Tal y como informó ED el pasado 31 de diciembre, el Sevilla
no podría inscribir en la Liga de Campeones a un posible tercer fichaje invernal en el caso de que saliese
Salvatore Sirigu y no David Soria, ya que a este último habría que asignarle la tercera y última licencia nueva que permite la UEFA. Las otras dos serán ocupadas por los recién llegados
Clement Lenglet y Stevan Jovetic.
Es un asunto que condiciona todo y que se ha agravado, para colmo, con
la lesión de tercer portero inscrito en la máxima competición continental, Juan Soriano. Así lo ha reconocido este miércoles Monchi, en
Radio Marca: “Es un tema que se está moviendo. Hay
interés tanto por David como por Sirigu. Tomaremos la decisión mejor para el club y a nivel individual. Creo que no
es un puzle fácil de armar, porque detrás está la lista Champions".
Por el madrileño se interesó, por ejemplo,
Osasuna, mientras que el italiano recibió una propuesta del
Niza, rechazada, o llamadas de otros clubes, como del
Cagliari o el
Anderlecht. Y, en estos momentos, ninguno de los dos descarta su llegada.
Sirigu, no en vano, tiene el deseo de
regresar a su país y podrá hacerlo siempre y cuando el
PSG acepte a abonar más del 50% de la ficha que pactó con el Sevilla (percibe tres millones de euros netos). El Cagliri, en conversaciones con los parisinos,
lo está intentando.
Tampoco se han dado por vencidos los belgas, pese a que el salario del meta es casi prohibitivo. Este mismo miércoles, se ha referido al asunto el
director deportivo del Anderlecht,
Van Holsbeek: "Sobre la portería, tengo algo bajo la manga... ¿Si Salvatore Sirigu es una opción? Es un objetivo superior, pero ha jugado poco en los últimos meses y
ya veremos lo que hacemos en los próximos 14 días".
El Sevilla, que tiene más en mente traer a
un jugador del nivel más que para una posición en concreto (de ahí que se hayan estudiado opciones tan distintas como las de
Dani Parejo o Aleix Vidal), está a la espera de que Sirigu salga y libere una ficha para el tercer fichaje invernal. Eso sí, por Nervión se huelen que podría no haber movimientos hasta acercarse el cierre del mercado, cuando a unos les entran las prisas y otros ceden en sus pretensiones.