Faltó en Cardiff y perdió, pero en este viaje está presente

El piloto de los títulos europeos del Sevilla

Beto le llama el Cristiano de los aviones y la plantilla le considera un talismán, pues todos los éxitos europeos han llegado con el comandante Alejandro Díaz a los mandos.

El piloto de los títulos europeos del Sevilla
Alejandro Díaz posa en la cabina del avión sevillista. - J. A./Á. P.
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Los numerosos sevillistas que le conocen le recriminaron al comandante Alejandro Díaz que no volase con el equipo a Cardiff y le pedían explicaciones cuando le veían en la Feria en los días en los que el Sevilla se jugaba el pase a semifinales en San Petersburgo.

Y es que este piloto hispalense y con el corazón blanquirrojo se ha convertido en un auténtico talismán para el club de Eduardo Dato, porque desde que su aerolínea empezó a encargarse de los desplazamientos por el Viejo Continente con él a los mandos no han cesado los éxitos internacionales.

Alejandro Díaz transportó a la expedición a Eindhoven, a Glasgow, a Mónaco, a Turín... y 'casualmente', por vacaciones, no comandó el avión hacia la capital galesa para la Supercopa de Europa del pasado verano. "Para un sevillista como yo es un gran orgullo formar parte de esto. Yo he visto al Sevilla jugar en el Salto del Caballo, en Jaén, y ahora, cuando ha llegado el auge, se disfruta de forma especial, como piloto y, por supuesto, como aficionado", señaló a ED el comandante Díaz, que se ha ganado con creces que se le considere el 'piloto de los títulos' y que todos los miembros del club y de la plantilla le tengan un cariño especial: "Los jugadores me llaman el talismán del aire".

Pero éste no es el único apodo que le han puesto en el vestuario nervionense, pues Beto, con el que guarda muy buena relación, ha ido más allá con una comparación singular. "Beto suele viajar conmigo en la cabina, y le pregunta a los copilotos que si saben con quién están volando. Ellos le dicen que con el comandante Díaz y él les dice que no, que comparten cabina con el Cristiano Ronaldo de los aviones", explica el piloto, que ha vivido viajes de vuelta completamente inolvidables: "El más especial fue el de Eindhoven, por ser el primero. Había mucha gente llorando de alegría; Del Nido y Monchi estaban deseando llegar para ofrecer el trofeo a la afición. El de Turín también fue brutal por la forma que se logró. En estas celebraciones ves a jugadores con el carrito del servicio por los pasillos, medios disfrazados, cantando; es increíble".

Una fiesta que espera que se repita en el regreso de Varsovia, aunque, antes, ha transportado al equipo a Italia para conquistar Florencia y volar hasta la final. Con el talismán del aire al mando y también en el Artemio Franchi como un hincha más hay mucho ganado.