La entrada en acción de las grandes estrellas en Rusia 2018 subrayó la determinación de Cristiano Ronaldo, que dejó en evidencia a Leo Messi, desdibujado, y al brasileño Neymar, aún distanciado de su momento estelar. La reputación que arrastra la terna mantuvo en alerta a sus adversarios. Los tres fueron sometidos a un intento de control férreo tanto por España, en el caso del luso, del argentino con Islandia y también al brasileño, en el choque contra Suiza.
Ninguno salió victorioso colectivamente tras su estreno mundialista. Las selecciones nacionales que escoltan a estos tres astros abandonaron el terreno de juego sin conocer la victoria. Curiosamente, en todos los casos, con un empate para la cuenta hacia la clasificación. El asunto queda fuera de cuestión a nivel individual. La Copa del Mundo es una referencia a tener muy en cuenta en la carrera por el Balón de Oro, que ha disparado su prestigio en la última década en la comparativa, sobre todo, entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo.
Solo Cristiano Ronaldo atendió a las expectativas. Tampoco los demás pretendientes a asaltar el trono monopolizado por estos tres referentes asomó por encima del resto. Antoine Griezmann tampoco tuvo su día, aunque marcó, de penalti, uno de los dos goles de Francia. Mohamed Salah, el jugador de moda en el curso recién acabado, no pudo entrar en acción aún con Egipto aún lesionado.
Fue Cristiano Ronaldo el único que mantuvo el compromiso a la altura del torneo. Fue el único argumento de Portugal y el culpable de que España no culminara su debut en Rusia con los tres puntos en el bolsillo. La implicación del futbolista del Real Madrid fue incuestionable. Autor de los tres tantos del vigente ganador de la Eurocopa respondió a lo que de él se esperaba. Fue un peligro permanente para su rival, una amenaza. Provocó el penalti que después marcó. No escatimó esfuerzo alguno y llevó a maltraer a la zaga hispana de forma permanente. Tuvo la portería adversaria entre ceja y ceja y marcó el segundo con un lanzamiento potente que propició el error del portero David De Gea. Con el marcador en contra y al borde de la derrota, ejecutó un golpe franco impecable, de los que frecuentaba antaño y que escasos en los tiempos recientes en el estadio Santiago Bernabéu.
Independientemente de cómo termine en Rusia 2018, Cristiano Ronaldo ya ha marcado en cuatro Campeonatos del Mundo (Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018). Un hecho solo conseguido por Pelé (1958, 1962, 1966 y 1970) y los alemanes Uwe Seeler (1958, 1962, 1966 y 1970) y Miroslav Klose (2002, 2006, 2010 y 2014).
El atacante del Real Madrid es ya el segundo jugador portugués con más goles en un Mundial después de Eusebio, que hizo nueve en el único que disputó, en Inglaterra 1966. Cristiano, que por primera vez logró un 'hat trick' en esta competición, solo había conseguido uno en cada edición anterior que jugó. Siempre, como ahora, en la fase de grupos. Ante Irán en Alemania 2006, frente Corea en Sudáfrica 2010 y contra Ghana en Brasil 2014.
Las estadísticas realzan el partido de Ronaldo en su puesta en escena en Rusia 2018. Recorrió 8,7 kilómetros. Más que Messi aunque algo menos que Neymar, que sobrepasó los nueve, y fue el jugador más rápido (33,9 kilómetros hora) de su partido. El astro portugués efectuó cuatro tiros a puerta y anotó tres goles y no falló ningún pase. Y le hicieron cuatro faltas, menos que al argentino y al brasileño, sometidos a un control férreo y permanente por sus adversarios.
Messi tuvo un estreno gris en Rusia. El astro del Barcelona, sometido a los rigores de la estrategia defensiva de Islandia, apenas tuvo respiro. Fue intermitente su participación y fugaces sus acciones. Aún así, el argentino buscó una y otra vez la portería adversaria. Tiró once veces y tres de ellas fueron entre los tres palos. Pero falló once pases y sus 7,6 kilómetros recorridos en los noventa minutos estuvieron muy por debajo de la media de su equipo, que fue de 9,6. El penalti fallado, que pudo dar la victoria a Argentina, terminó por afear su puesta en marcha en el Mundial.
Regresaba Neymar al escenario mundialista. Desde que el colombiano Camilo Zúñiga le lesionara en los cuartos de final de Brasil 2014 no jugaba el futbolista del París Saint Germain esta competición. El de Rostov fue el primer partido oficial de Neymar después de caer lesionado en la Ligue 1 de Francia contra el Olympique Marsella en el pasado febrero. No lo disimuló.
Falto de minutos, carente de rodaje, el brasileño apareció y desapareció por momentos, pero nunca rehuyó a responsabilidad. Especialmente en los minutos finales, cuando su equipo buscó el gol del triunfo de forma desaforada. Pero no tuvo acierto. Víctima del control al que le sometió Suiza, recibió diez faltas y, además, perdió trece balones. Cada arrancada suya fue frenada. Tiró a puerta cuando pudo, pero en posiciones malas y sin acierto. Recorrió poco más de nueve kilómetros, más que Cristiano Ronaldo. Pero está aún lejos del liderazgo que con ansiedad espera su equipo.