La primera sorpresa del
Mundial de Rusia no tardó en llegar. Y, no es que fuera sorprendente que la anfitriona golease ante una descafeinada
Arabia Saudí, sino por el héroe inesperado del conjunto ruso.
Denis Chérishev se erigió como el héroe inesperado de la jornada de ayer tras anotar un
doblete y acercar los primeros tres puntos a su selección.
Llegó por la puerta de atrás, tras dos años sin ser convocado debido a un cúmulo de lesiones, pero tras el partido inaugural, la afición rusa, con el permiso de
Golovin, ha encontrado a su nueva estrella.
Chérishev entró en el minuto 24’ por la lesión de
Dzagoev, y en el minuto 43’ ya había dejado su rúbrica en el torneo tras anotar un golazo y poner el 2-0 justo antes del descanso, con un recorte en el que dejó sentados a dos defensores.
El
MVP del partido inaugural había pasado por momentos difíciles. A las lesiones ya mencionadas, o el famoso episodio del Carranza, Denis había recibido críticas por responder sólo en castellano a las preguntas de la prensa tras el último partido de preparación contra
Turquía.
Pero tras la tormenta llega la calma, y
Chérishev, quien agradecía la confianza demostrada por su padre,
Dmitri, quien llegó a ser internacional ruso en diez ocasiones, sabía que era el protagonista del día de ayer, anotando otro de los candidatos a gol el mundial y poniendo el 4-0 en el marcador.
Pese a la apabullante victoria frente a los saudíes,
Chérishev apuntó que con tres puntos difícilmente se pasa de ronda, por lo que quiere mantener los pies en el suelo y seguir trabajando para conseguir el objetivo de clasificarse para los octavos de final, algo que la selección rusa no ha conseguido desde la caída de la
URSS.