Marta Sánchez3 min lecturaJonas Vingegaard ha sido uno de los grandes nombres del ciclismo en la pasada temporada, a pesar de que con Tadej Pogacar a un nivel intratable poca gente podía hacerle sombra. El esloveno ha sido el hombre de referencia en las carreras que ha competido, dejando uno de los mejores años de un ciclista de la historia. Pero Vingegaard sí ha sido capaz de acercarse, poniéndole contra las cuerdas en el Tour de Francia.
Sin embargo, también ha vivido una de sus peores experiencias subido a una bici. El pasado mes de abril estaba disputando la Vuelta al País Vasco cuando en la cuarta etapa tuvo un grave accidente que hizo tambalear todo. Ahora, meses después y totalmente recuperado, Jonas ha confesado cómo fueron estos momentos de agonía para 'DR', la radio danesa, en una entrevista en la que le ha acompañado su mujer, Trine Hansen, y desvela que desde entonces no asume tantos riesgos en competición, dejando el ciclismo en segundo plano y apostando por su integridad y vida personal.
Vingegaard dejó helado al mundo del ciclismo con su grave caída, que le llevó directo al hospital con serias lesiones. El danés sufrió una fractura múltiple de clavícula, la rotura de siete costillas y un neumotórax con dos pulmones perforados, que le tuvieron ingresado durante 12 días cargados de incertidumbre. Pero ahora desvela cuáles fueron sus sensaciones en este duro momento y confirma la gravedad del accidente.
"Los primeros diez segundos no podía respirar. Cuando lo logré, tosía sangre. Me dolía pensar que mi mujer tendría que vivir sin mí" confesó el ciclista de Visma, que a pesar de haber logrado recuperarse y alcanzar el segundo puesto en el Tour de Francia y la victoria en el Tour de Polonia, ha decidido poner en un segundo plano al ciclismo.
"A raíz de aquella caída, hablamos mucho entre nosotros y coincidimos en que tenía que rodar con más seguridad en el futuro si quería seguir siendo ciclista. No podía dejar de pensar en lo que habría pasado si no hubiera sobrevivido" asegura Jonas. "Si la situación se vuelve muy peligrosa, es preferible levantar el pie que seguir empujando. Al final, el riesgo es hacerte daño, tener que recuperarte... y toda la energía extra que gastas para volver a tu nivel anterior" añade el danés, que ya sabe lo que es recuperarse de una grave caída y que reconoce que ese esfuerzo extra no vale la pena si lo que arriesgas es la vida, que por desgracia en el ciclismo, son varias muertes las que hay que lamentar cada año.