Tras la marcha de Jon Rahm y de otros muchos grandes golfistas al LIV golf, el circuito PGA se ha quedado algo cojo de talento, y si a eso le sumamos que probablemente no haya nadie que esté a la altura de Scottie Scheffler, ya sea en América, en Arabia, o en cualquier parte del mundo, dejan al estadounidense como el gran tirano que está haciendo un 2024 impresionante, en el que ya la duda no es otra que pensar si alguien va a poder pararle.
De hecho, el número uno del mundo, completó este lunes la cuarta victoria en sus últimos cinco torneos al imponerse en el RBC Heritage, disputado en el campo Harbour Town de Chicago. El ganador del último Masters de Augusta completó los tres hoyos que le faltaban cuando la cuarta y última vuelta tuvo que ser detenida por falta de luz. El jugador de Ridgewood disponía de cinco golpes de ventaja sobre sus perseguidores, algunos de los cuales también tenía que concluir su recorrido; y le bastó hacer dos pares y un 'bogey' en el hoyo 18 para confirmar un nuevo triunfo, en el que acumuló 265 golpes, 19 menos que el par del campo, tras una última ronda de 68, y terminó con tres de ventaja sobre su compatriota Sahith Theegala, que hizo este lunes un 'birdie' en el 17.
Scheffler ha ganado este curso el Arnold Palmer Invitational, The Players, el Masters y el RBC Heritage y fue segundo en el Texas Children's Houston, con lo que domina con absoluta autoridad las listas de la clasificación mundial y de la FedExCup. En tercer lugar acabaron, a cuatro impactos, los también estadounidenses Patrick Cantlay y Wyndham Clark, con 269, y en la quinta plaza , con 170, lo hicieron JT Poston, Patrick Rodgers, Justin Thomas y el austríaco Sepp Straka.
Ahora llegan tres meses en los que se disputarán los tres grandes. En mayo, el PGA Championship; en junio, el US Open; y en julio el British Open. En estos grandes torneos vuelven Rahm y el resto de 'expatriados', pero tal y como está Scottie, y tras ver en Augusta que el resto han perdido ese 'punch' competitivo de antaño -sobre todo el de Barrika-, nos lleva a pensar en si va a ser capaz de conquistar el Grand Slam. Pero si hay algo que tiene el golf es lo impredecible que es, y pese a que de vez en cuando salgan estas 'bestias' que hacen replantearse eso, no deja de ser un deporte de sensaciones en el que casi todo puede pasar. Y el de New Jersey es propenso a liarse con los 'putts' y eso en un fin de semana puntual le puesta costar la victoria.