Francisco Salas3 min lecturaEl Tour de Francia ya está aquí, y es que desde el próximo 29 de junio, en poco menos de tres semanas, las carreteras galas van a engalanarse para recibir a los mejores ciclistas del mundo luchando por el gran trofeo anual, el maillot amarillo con el que sueñan todos los integrantes del pelotón, pero que solo está al alcance de unos pocos elegidos. Y cada vez son menos los que están llamados a lograrlo, pues el ciclismo vive actualmente una época dorada, en la que hay un grupo de corredores por encima del resto, y son los que se reparten las mejores carreras, ya sean de un día o por etapas, y esta, no iba a ser menos.
Los últimos cuatro años solo ha habido dos ganadores, Tadej Pogacar, en 2020 y 2021; y Jonas Vingegaard, en 2022 y 2023. Ambos son los mejores cuando llega una prueba de tres semanas, y por lo tanto, pese a las dificultades, cuando se tome la salida en Florencia, van a volver a ser los grandes favoritos. Solo que esta vez se juntan varios condicionantes que hacen que haya alguna reticencia. En el caso del esloveno es que está buscando el más difícil todavía, el doblete Giro-Tour, del que ya tiene la primera pata tras arrasar en la 'Corsa Rosa', aunque claro esta que le puede pasar factura. Mientras que el danés sigue aún recuperándose de la tremenda caída que sufrió en la Itzulia y su estado físico es una incógnita.
Y el otro aspecto a destacar, es la competencia. Primoz Roglic llega lanzado tras una Dauphiné que conquistó con suspense, y que dejó entrever que está con piernas, pero le falta afinar; al igual que Remco Evenepoel, que sigue sufriendo en la alta montaña, pero por la clase que tiene es imposible descartarle. No obstante, en la cita previa destacó alguien por encima de todos, un español, que ya lo hizo muy bien en el Tour de 2023, y va a ser el líder de un transatlántico como el Ineos, Carlos Rodríguez.
El granadino siempre estuvo ahí en la carrera, pero fue el último día donde no solo ganó la etapa reina, si no que demostró que cuando la carretera pica hacia arriba, está fuerte como el que más, y lo hizo tras tres días de esfuerzos similares, dando muestra del fondo que goza; y no solo en la Dauphiné, ya que hace unas semanas conquistó Romandía. Por eso, y por lo visto el año pasado, donde solo una caída le privó del podio, y consiguió una victoria para el recuerdo en Morzine, este año es un serio candidato a estar, al menos, en la lucha por la 'Grande Boucle'.