Tadej Pogacar, con la mirada seria y concentrada, se preparaba para afrontar una nueva etapa del Tour de Francia y un nuevo reto en su carrera. Sin embargo, esta vez, algo no iba bien. A medida que avanzaba la etapa, su expresión iba cambiando, mostrando una mezcla de agotamiento y frustración. Por primera vez, el ciclista esloveno se encontraba incapaz de mantener el ritmo del pelotón de favoritos.
El temible Col de la Loze se cernía sobre ellos, pero Pogacar ya no tenía la misma energía y determinación que lo había convertido en un ciclista aclamado en el pelotón. Su rival, el danés Jonas Vingegaard, se encontraba en su mejor momento, con una confianza y solidez que le permitían pavonearse orgulloso junto a su hija.
La rivalidad entre Pogacar y Vingegaard se había vuelto palpable en las etapas anteriores. Ambos demostraban un nivel excepcional, pero esta vez, el esloveno no pudo mantener el ritmo. La contrarreloj había sido una muestra de la superioridad del escandinavo, y ahora, en la etapa reina, Pogacar se veía superado nuevamente.
La bravura de Pogacar era innegable, siempre dispuesto a enfrentar los desafíos y atacar en la carretera, pero en esta ocasión se encontró una situación desconocida para él, la derrota. Aunque su corazón seguía siendo valiente, su cuerpo le exigía ceder ante la superioridad de Vingegaard.
Allan Peiper, expreparador de Tadej Pogacar en el UAE Emirates, asegura que la pérdida de tiempo del esloveno en la contrarreloj del pasado martes se debió a varios factores: "Parecía enfermo y no fue el que todos conocemos", y además sugiere que en los días de descanso "hay que pedalear fuerte".
"No lo vi bien desde el principio y en la última subida no vi ninguna mueca ni expresión en su rostro. Tadej parecía un poco enfermo. No sé. Había algo. Este no era el Tadej que conocemos", dijo Peiper, uno de los artífices de las primeras victorias de Pogacar en el Tour, en su análisis de la contrarreloj.
Por otro lado, el esloveno aseguró estar "extremadamente decepcionado" por el desfallecimiento que sufrió en la décimo séptima etapa del Tour de Francia y que le aparta de la lucha por el maillot amarillo que mantenía con el Jonas Vingegaard.
"No se lo que me ha pasado, llegué abajo totalmente vacío. Me he alimentado bien pero no ha llegado a las piernas. Estoy extremadamente decepcionado, no he podido luchar todo lo que quería", aseguró el ciclista del UAE, que tras perder casi 6 minutos está ahora a 7,35 del líder.