El esloveno Tadej Pogacar va camino de ser el ciclista más laureado de todos los tiempos. Para algunos ya es el mejor de la historia del ciclismo. Y es que lo que esta consiguiendo en este 2024 es digno de cualquier alabanza.
Sin ir más lejos y tras su última exhibición en Lombardía, donde este sábado ha sumado su victoria número 88 de su carrera y la 25 en el presente año 2024, ha conseguido igualar un récord que hasta ahora mantenía en su poder el corredor italiano Fausto Coppi en la década de los cuarenta (1946, 47, 48, 49). Concretamente, el de haber conquistado de manera consecutiva cuatro clásicas de Il Lombardía. Eso sí, Coppi aún encabeza el palmarés con cinco victorias, la última en 1954.
Y lo ha conseguido firmando una nueva exhibición de superioridad en los 255 kilómetros disputados entre las localidades italiana de Bergamo y Como. Ni el belga Remco Evenepoel (Soudal Quick Step), segundo en la meta, ni el italiano Giulio Ciccone (Lidl-Trek) pudieron contrarrestar el ataque que les lanzó el ciclista de UAE Team Emirates a falta de 50 kilómetros para la meta.
Con este nuevo triunfo, Pogacar vuelve a abrir unas vitrinas que este curso ya fueron condecoradas con el Tour de Francia (ganó 6 etapas), el Giro de Italia (vencedor de otras 6 etapas), el Mundial, 2 monumentos (Lieja y Lombardía) y los títulos de Strade Bianche, Giro de la Emilia, Montreal y Volta a Cataluña.
Si en el pasado Mundial el esloveno decidió atacar a falta de 100 kilómetros para llegar a la meta, esta vez fue cuando quedaba justo la mitad. Una muestra más de que sus piernas, a estas alturas de la temporada, son de otra galaxia.
A sus 26 años, el flamante campeón del maillot arcoíris aventajó en 3:16 minutos al belga Remco Evenepoel (Soudal Quick Step), campeón olímpico en París, y al italiano Giulio Ciccone (Lidl-Trek) a 4:31. Los españoles Ion Izagirre (Cofidis) y Enric Mas (Movistar) fueron cuarto y quinto, respectivamente, a 4:34.
concretamente al comienzo de la ascensión de la Colma di Sormano, uno de los ocho puertos de montaña del exigente trazado del último monumento de la temporada, con casi 5.000 metros de desnivel acumulado.En apenas seis kilómetros, el campeón del mundo, del Giro y del Tour acumuló una ventaja de un minuto, que duplicó a falta de catorce kilómetros, lo que llevó a sus perseguidores a arrojar la toalla.