Mientras el Giro de Italia se encamina a la decisiva contrarreloj del viernes, esta semana parecía destinada para que fueran las llegadas masivas las grandes protagonistas, y aunque ayer Jonathan Milan demostró que si podían serlo, hace dos días Pogacar casi les arrebata el triunfo, aunque el trabajo del Soudal permitió a Tim Merlier rematar la faena. Sin embargo, nada de eso ha importado este miércoles, cuando por primera vez en esta edición la fuga ha triunfado, y ha sido el francés del Cofidis Ben Thomas, medallista olímpico en ciclismo en pista, el más rápido en la llegada a Lucca.
Y eso que la jornada empezaba marcado por la polémica que ha rodeado a Tadej Pogacar en los días previos, cuando el lunes salió con la maglia rosa y un culotte morado, que casi le cuesta la descalificación por problemas con la UCI. Al día siguiente iba de rosa y con el culotte negro de su equipación normal, mientras que ya por fin tiene uniforme definitivo, de rosa completo, al estilo de Nairo Quintana o Alberto Contador. Aunque al menos en estos 178 kilómetros entre Génova y Lucca, ha podido lucirlos poco, porque apenas ha tenido protagonismo.
La etapa transcurrió con normalidad durante los primeros 70 kilómetros, con multitud de hachazos que se quedaban en nada, y un pelotón a tope comandado por los equipos de esprinters, hasta que hubo parón en el tramo más llano de la etapa, que se rompió con el ataque de Thomas (Cofidis), Valgren (EF Education), Paleni (Groupama-FDJ) y Pietrobon (Polti-Kometa), capaces de aprovechar la circunstancia de tranquilidad general para abrir un hueco de más de un minuto a 63 de meta. Una resistencia heroica del cuarteto, que aún disponía de 45 segundos con a 10 de meta. Una emoción inesperada por la excesiva tranquilidad del pelotón a la hora de organizar la caza.
La fuga se acercaba sin ver mermada la renta ante la inminente llegada a la ciudad de Lucca. El pelotón no pudo con los cuatro supervivientes, que muy solidarios en el esfuerzo, fueron capaces de hacer saltar por los aires el pronostico del esprint. Las hostilidades entre ellos las rompió a 700 metros de meta el italiano Pietrobon, quien abrió una pequeña diferencia. Parecía que tenía el triunfo en su mano, pero llegó desde atrás como una exhalación Benjamin Thomas para imponer una velocidad esculpida en el ciclismo en pista. Fue su estreno en una grande, la décima victoria de su trayectoria.