A sus 22 años, la ilicitana Paula Sáez buscará esta próxima semana dejar su sello en Estados Unidos. Concretamente en el campeonato mundial de culturismo natural de Seattle (Estados Unidos) que se disputará el próximo 18 de noviembre.
Enfermera de profesión comenzó en este 'mundillo' casi de rebote. Mientras en 2016 buscaba recetas saludables, unos vídeos recomendados por Youtube sobre fitness cautivaron su atención y ahí empezó todo: "Veía a las chicas tan guapas y con esos cuerpos y quería eso", explica la propia Paula en el medio Información.
Pero lo que tenía claro ella es que no quería entrar en el mundo de los anabolizantes y por eso optó por el culturismo natural. Su objetivo era "romper con clichés" y al principio le daba vergüenza que su entorno supiera que lo practicaba.
En su modalidad el dopaje está prohibido y el pasado mes de septiembre se impuso en su primera competición regional en Salou (Tarragona). Posteriormente, en octubre, se proclamó subcampeona de España y ello le ha permitido entrar en la Federación Mundial de Culturismo Natural, participando en la categoría amateur. Si pasa la prueba iría directamente al mundial profesional, en la categoría de talla baja, que se disputará al día siguiente.
El parón de la pandemia de coronavirus le supuso un frenazo en sus aspiraciones, así como el diagnóstico de una enfermedad crónica. Hasta 2021 no pudo comenzar a prepararse y lo hizo con el vitoriano Ibón Suberbiola, un médico especializado en culturistas naturales.
Su alimentación es estricta, pero le permite compaginar su oficio de enfermera con turnos de doce horas con duros entrenamientos de cardio y fuerza. Eso sí, tiene claro que este ritmo de vida no le durará mucho: "No es sostenible en el tiempo".
En su día a día le da coraje cómo está valorado el culturismo: "Es un deporte injusto porque es muy subjetivo, ya que aquí no se valora que entres a meta diez segundos antes o hayas metido un gol más. Los jueces buscan un compendio de chica fuerte, definida, con un buen desarrollo muscular y que tenga buena presencia, que sepa posar, caminar, y se va hilando más fino con la elección del tinte, bikini, se busca una estructura en forma de X, una amplitud escapular, al final es el conjunto".
Los que la ven vestida de calle y luego la ven en el escenario suelen "flipar en colores" porque "ven que mido 1,54 y no se creen que soy la misma persona cuando voy con ropa".