Una de las mejores etapas de lo que va de Tour de Francia ha tenido un ganador muy inesperado, y es que el francés Anthony Turgis se ha estrenado en la carrera gala con una victoria de prestigio en la novena jornada, la única que salía y llegaba en el mismo sitio, Troyes, y que ha estado marcada por el 'sterrato', que ha dinamitado la carrera, convirtiéndola en una tremenda locura en las que las fuerzas y el corazón del francés han podido más que la lógica. Eso sí, hay que destacar el trabajo del Movistar Team, que ha estado perfecto a nivel táctico, y el único motivo por el que no ha conseguido el triunfo es por mala suerte, y porque a Aranburu las fuerzas solo le han dejado ser tercero.
Una hazaña de Turgis, componente de la fuga inicial, que fue el más fuerte de los cinco hombres que se jugaron la victoria en Troyes, sacó fuerzas de donde ya no había para un último esfuerzo que le permitió alzar los brazos y estrenarse en el Tour, ganando un pulso por velocidad a Pidcock, Derek Gee, Alex Aranburu, Ben Healy y Lutsenko, los protagonistas de la jornada, una de las más esperadas de la presente edición por el "sterrato". Una novedad en el Tour que ofrecía 4 cotas y 14 sectores de grava con un total de 32 km.
El chupinazo sanferminero en Troyes lanzó a los corredores a una nueva aventura. Zafarrancho de inicio, a palo limpio por coger la fuga y entrar en el primer tramo de tierra. El Movistar, motivado por celebrar el día su santo patrón, entró en la avanzadilla con la mayoría absoluta: 3 corredores, Lazkano, ganador este en los caminos rurales de la Clásica de Jaén, Aranburu, campeón de España, y Javier Romo. El proyecto no tenía mala pinta, en ese furgón viajaban hombres de calidad y experiencia como Stuyven, laureado en San Remo, Vermeersch, el primer campeón mundial de gravel, Powless, Lutsenko, ganador de la Clásica de Jaén 2023, Pidcock, excampeón del mundo de ciclocrós y olímpico de BTT, y Healy.
Por ese evidente peligro tomó cartas en el asunto el maillot amarillo Tadej Pogacar y le acompañó Remco Evenepoel, atacando a 76 de meta y llevándose con ellos a Jonas Vingegaard. Ese movimiento atrapó a los fugitivos 2 km después del zarpazo del belga, pero el trío estelar no insistió, ninguno quería asumir la responsabilidad, ahora con muchos invitados. El parón permitió el despegue de Romo, Aranburu, Pidcock, Stuyven, Healy, Gee, Turgi y Lutsenko.Paliza sin premio y sorpresa local Stuyven, todo un clasicómano, lo probó a 10 de meta con un tremendo ataque que abrió un hueco de un puñado de segundos que mantuvo hasta 200 metros de meta, donde pagó el esfuerzo reventando por completo. La jauría lo alcanzó cuando ya saboreaba la victoria, pero los rivales aún tenían algún cartucho que otro. Se lanzó Pidcock a fondo cerca de meta y parecía que lo tenía en la mano, pero apareció Turgis con enorme potencia para ganar con el último golpe de riñón. Un exitazo para el corredor galo, tercera victoria francesa en la presente edición y la séptima en su cuenta profesional.