Alejandra Salazar es una de las jugadoras con más historia en el pádel mundial. Veterana, número uno del mundo con cuatro compañeras diferentes, es una de las muchas que ha tenido que cambiar de pareja a lo largo del año y la nueva, Jessica Castelló, se daba de baja por lesión en el Valladolid Premier Padel P2 y dejaba a la madrileña sin poder participar en uno de los cinco torneos que el Premier Pádel ha situado en España en el calendario de 2024.
Actualmente 12ª del ránking FIP, la jugadora madrileña concedía una entrevista a Mundo Deportivo en la que hablaba de esta lesión, de cómo había sucedido el cambio de pareja o del Mundial, en el que quiere estar presente, ya que puede ser el último.
"La lesión -de Castelló- no ayuda. Lo que quieres es jugar, tener torneos para irte acoplando y conocerte, porque al final hay que estar súper rápido con todas las parejas que se conocen mucho más y el nivel que hay. Necesitábamos tener torneos en cuanto antes y justo pasa esto. Es una pena, pero hay que aceptarlo porque es parte del trabajo. Ojalá esté lo antes posible para poder estar en París -la próxima semana-. Ella me ha dicho que sí, así que en dos semanitas estaremos preparadas", afirmaba.
Salazar apenas llevaba dos torneos (Madrid y Rotterdam) con la de Villena después de su ruptura con Tamara Icardo, con la que había empezado el año con la idea de consolidarse entre las cuatro primeras parejas del ránking. Aunque sin buscarlo, el cambio le ha venido mejor porque ha pasado de estar con la 16 del mundo a hacerlo con una Top-10. Y ser la pareja, por ránking, número 5, lo que le ayuda a ese objetivo que se había marcado.
De momento, los dos torneos que jugaron se saldaron con dos cuartos de final, pero las sensaciones fueron aún mejores. "Me he sentido súper a gusto. Y creo que ella también. Lo hablamos. Es verdad que Jessica ha estado algo más nerviosa por jugar conmigo, yo no sé qué pasa que las pongo nerviosas. Intento hacérselo fácil y tener buen rollo, pero a la hora de competir se nota que hay más tensión que cuando las tienes en contra. También ella venía con esa dolencia y ha jugado con un poquito de cautela, pero la verdad es que las sensaciones han sido muy buenas", afirma la madrileña.
Alejandra sólo tiene palabras de elogio hacia su nueva compañera. "Tiene un futuro brutal, es súper joven, que envidia, así que yo me cambiaba de edad por ella. Creo que tiene muchísimas ganas, muchísimo potencial y se lo está currando un montón. Yo espero aportarle muchas cosas para que vaya creciendo, vaya jugando mejor y, sobre todo, lo disfrute", afirma.
Sobre cómo fue su ruptura con Tamara Icardo, Salazar explica que se debió a la lesión de ésta y la falta de plazos. "Fue una decisión un poco forzada porque nosotras esperábamos volver en septiembre juntas. Los torneos que estuve jugando con Vero Virseda le iba diciendo cómo estaba Tamara y ella sabía lo que había, la verdad es que fue fenomenal. Entonces, cuando llega el mes de agosto, Tamara me dice que va a estar bien para estar en septiembre compitiendo, yo se lo digo a Vero y ella busca a su nueva compañera para competir después del verano".
"Y aquí es donde entran los plazos de las inscripciones, que muchas veces es la parte que vosotros no veis. El torneo era en septiembre, pero la lista se cerraba el 16 de agosto. A mí el 14 de agosto por la noche me llama Tamara y me dice que la resonancia indica que no está todavía cerrada la herida, que con 15 días que le faltan no se siente del todo bien y que quiere recuperarse para que no haya recaída. Ella se agobia por mi parte, porque me había dicho que sí que iba a estar en Madrid para la vuelta. Entonces, fue ella quien me dice: “Ale, no puedo estar en los torneos de septiembre y como no te puedo dar una fecha entiendo que busques a alguien”. Fue todo muy forzado, porque me estaba quedando sin compañera a un día para cerrar la inscripción", afirma en MD la jugadora capitalina.
Por fortuna pudo contar con Jéssica Castelló, que acababa así su segunda etapa con Claudia Jensen, y dio rápido el 'sí' para poder competir en Madrid.