"Tengo ilusión por estos Juegos Olímpicos". Y no es un aviso cualquiera. Este llega de una de las abanderadas del deporte español, una Mireia Belmonte que reaparecía la pasada semana a nivel internacional, en el Mitin de Calificación de Rotterdam, después de más de un año sin competir. Su resultado no fue el mejor, ya que no pudo pasar del puesto 53 en las series de 200 libre, pero es un avance hacia su objetivo, que, como ha dejado muy claro, está en París 2024.
"Queda bastante tiempo para los Juegos. Tenemos bastante tiempo porque me puedo clasificar hasta junio y soy optimista. Los Juegos son una forma de vida. Piensas las 24 horas del día en la natación, en entrenar, recuperarte, volver a entrenar. Al final vives para el deporte y cuando vienen las fechas importantes hay mucha ilusión porque los años de Juegos se preparan con más cariño. Ahora mismo, en mi caso, el hombro dictará las pruebas que tengo que preparar y los tiempos", admitía la nadadora catalana, que se ilusiona y hace lo propio con todos los aficionados del deporte español, pero que no quiere presionarse por ello.
"Tengo muchas ganas, pero el hombro dictará las pruebas que me puedo preparar. Me gustaría hacer 200 mariposa, el 200 estilos, el 200 libres... Las principales son los estilos, es lo que puedo nadar bien, y lo otro ya se verá", asegura una Mireia Belmonte que, ahora centrada en el medio fondo.
No obstante, en este regreso, la campeona olímpica no cumplió el objetivo de meterse en el Mundial de Doha, aunque admitió que todavía su hombro "no está preparado para hacer tantos metros". "Por calendario, el 200 libres era la prueba en Rotterdam que más coincidía, pero en la que mejor me encontré fue en 200 estilos, las otras eran para entrenar y romper el hielo", señaló.
"Rotterdam era la forma de romper el hielo y volver a hacer lo que ya hacía antes. Me sentí muy afortunada de verme compitiendo después de un largo periodo por la lesión del hombro. Estuve entusiasmada y nerviosa. Me encontré bastante bien para lo que tenía en mi cabeza pensado, siendo realistas. Antes de este fin de semana llevaba poco tiempo moviendo el brazo y no sabía si podría dar lo mejor de mí en esa competición", señala Belmonte, que esta mañana ha estado en un acto del Banco Santander y ha atendido a la prensa en Madrid. Y ahí quería dejar claro que, pese a ello, mirando al futuro, sigue siendo muy optimista. Incluso ambiciosa. "No firmo un bronce en París aunque a día de hoy te diría que sí. Luego, en un par de meses, igual no", avisa.
"Soy la misma Mireia, pero con más experiencia. He pasado un proceso que no ha sido fácil, y me ha hecho ser más paciente, tengo más fe en mí misma. De todo se aprende, la recuperación es larga, pero voy por el buen camino para hacer un buen papel en París", avisa la catalana, que se quedó en Tokio a las puertas de una nueva medalla olímpica.
A lo largo de este periodo sin competir ha aprendido a convivir con el dolor y asumirlo para poder seguir avanzando hasta ese nuevo objetivo. "Dolor cada día voy a tener, eso ya lo sé. El dolor que siempre tengo es el normal. Sé que tengo que seguir jugando con el dolor. En una lesión no todo el día, es lineal, y sé que cuando introduces ejercicios, siempre hay adaptación del músculo y de las adaptaciones", señalaba la referente de la natación española, quien narra lo largo y duro que se le han hecho estos meses.
"Me he pasado un año moviendo los pies y ha sido un año duro. No ha sido fácil. Es difícil salir de la rutina del agua porque yo soy de entrenar, pero he tenido que aprender que el menú diario era hacer pies, siempre pies. Teniendo el objetivo de los Juegos en mente era importante seguir y ahora estoy saliendo del proceso y volviendo a disfrutar de la natación. Lo importante ha sido poner más fuertes las piernas y en eso he trabajado, en buscar la parte positiva y salir victoriosa de ese momento", admite.
Y manda un aviso a los que aún tienen fe en ella. "Hay días más duros que otros, pero al tener el objetivo de París más cerca lo he seguido intentando. Si me hubiera rendido, me habría quedado la espina de París. Queda bastante Mireia Belmonte por ver", advierte.