La UFC está de vuelta tras casi un mes de parón de final de año y este sábado vuelve con un evento en Las Vegas, el primer 'Fight Night' del año, que sin embargo va a ser solo un pequeño aperitivo de lo que está por venir la semana que viene, el momento elegido para que tenga lugar el UFC 311 en Los Ángeles. Allí se van a poner en juego el cinturón del peso gallo entre Merab Dvalishvili y Umar Nurmagomedov y sobre todo, el del peso ligero, entre Islam Makhachev y Arman Tsarukyan, precisamente la división que quiere conquistar Ilia Topuria.
Desde que a finales de 2024 el monarca del peso pluma dijera que no estaba para más cortes de peso tan drásticos y que su siguiente paso era el peso ligero, todos las miradas han ido hacia el campeón actual, el número 1 libra por libra de la compañía, Makhachev. La pelea entre el dagustaní y el hispano georgiano es un sueño para Dana White y para los fans de la compañía, sin embargo, no parece que Islam quiere enfrentarse a él, de hecho parece que tiene muy claro quien cree que va a ser su sucesor.
Tarde o temprano Makhachev tiene pensado dar el salto al peso wélter, ya que por tamaño le podría ir muy bien, y una vez que eso suceda, tiene claro que es lo siguiente que es lo siguiente que debería pasar en la división, y tiene nombre y apellidos, los de Usman Nurgamogomedov. O así lo ha comentado en la televisión rusa:"si entra en la UFC, cuando deje vacante el cinturón y suba para conseguir uno nuevo, Usman se lo puede quedar”. Hasta ahora es el mandamás de Bellator, donde no tiene "mucha competencia".
Pese a que el campeón parece tener claros sus siguientes pasos y los de la división, aunque primero debe ganarle el sábado a Tsarukyan, Ilia Topuria no descansa. Su objetivo es ser el primero en someterle, aunque no ha escondido que si no se da pronto la lucha, no le importaría fajarse con algún otro gran nombre del peso ligero, como por ejemplo Charles Oliveira. Lo que está claro es que cada vez es más difícil que volvamos a ver a Topuria defendiendo su cinturón en las 145 libras, aunque va a depender mucho de lo que diga Dana White, a quien estos cambios no suelen gustarle, menos aún cuando involucran al dueño de un cinturón.