El balonmano español pasa en este momento por un proceso de cambio, pues los tremendamente exitosos Hispanos, la selección española masculina, no han podido cuajar en el mundial que se celebró el mes de enero y donde la nueva generación no fue capaz de repetir los éxitos del pasado, al punto de caer eliminados en la segunda ronda. Pero pese al duro golpe, la confianza en los jóvenes, que lo han ganado todo en categorías inferiores, y en un técnico como Jordi Ribera, absolutamente contrastado, es total. Y así lo ha dejado claro el Presidente de la Real Federación Española de Balonmano, Fernando Blázquez.
El mandamás de este deporte en nuestro país ha recalcado que la selección nacional se puede permitir "un traspié" en pleno cambio generacional después de diez años en los que ha demostrado estar a un altísimo nivel, como por ejemplo con el pasado bronce de los Juegos Olímpicos de ParÍs 2024. Por eso mismo, pese a que parezca que todo se vaya a ir por un precipicio, realmente es "todo lo contrario" y el camino a seguir es cuanto menos positivo.
Ahora mismo están en "un cambio generacional, con gente muy joven que "va a despuntar en un futuro", y se trabaja en un ciclo en el que lo importante es ir avanzando año tras años, con un objetivo: el Campeonato de Europa que acogerán España, Portugal y Suiza en 2028. Luego llegarán los Juegos Olímpicos de Los Ángeles y el Campeonato del Mundo femenino en España, en 2029, que permitirán comprobar la evolución de los equipos tras ese rejuvenecimiento de las plantillas.
Otro de los aspectos claves que ha querido tratar Blázquez en un evento celebrado este martes en Valladolid es la relación de la RFEB con los clubes de Asobal, sobre lo que destacó que siempre trata de "encontrar un entendimiento y buscar soluciones de puertas para dentro" y es el camino a seguir. "Somos una familia y, como en todas, hay discrepancias, porque cada parte lucha por sus intereses y, en el caso de la federación lo hace por el balonmano español en general, por lo que tenemos que tratar de entendernos, buscar un equilibrio y llegar a acuerdos para seguir creciendo".
No obstante, la familia del balonmano español puede estar tranquila, pues se está trabajando en la dirección correcta: "tenemos una gran masa, una gran estructura y hay que ir cogidos de la mano por un bien común, porque cuando hay liga están las diferencias que están, pero cuando hay selección somos todos uno, y por algo será. No me meto en la organización de los clubes ni asociaciones privadas, pero pido que se respete el balonmano español y a la federación, que es el epicentro y el corazón de todo".