El peor final posible del camino de la selección española en el Mundial de balonmano se ha confirmado. Los Hispanos han sufrido la tercera derrota de esta segunda fase y tras caer ante Noruega y Portugal han hecho lo propio ante una Brasil superior, que pese a estar ya clasificada y rotar mucho a sus estrellas, ha conseguido batir por la mínima al combinado de Jordi Ribera, que llegó con opciones al último segundo, pero el joven Ian Barrufet falló, impidiendo el empate y certificando el pleno negativo con el 25 a 26. Un final abrupto para el equipo español, que aún tiene mucho trabajo en este relevo generacional, pese a mostrar bloques verdes.
Los Hispanos no han tenido ni mucho menos el torneo que esperaban y tras las derrotas previas contra los cariocas, una de las selecciones 'sorpresa' que ye tenía asegurada su clasificación, no se jugaban más que el honor. Eso ha permitido a Jordi Ribera probar novedades en forma de jóvenes, como el pivote Víctor Romero, que no se había estrenado aún. Pero de primeras no se ha notado la soltura que da el no tener nada en juego, pues la apisonadora física de los sudamericanos ha hecho que los Hispanos fueran desde el inicio por debajo en el marcador.
Y durante gran parte del primer tiempo el dominio fue de la 'verde amarelha', que llegó a tener incluso cinco goles de ventaja. Con menos aún que perder, el técnico español dio la manija del equipo a la joven estrella Petar Cikusa y todo comenzó a funcionar, al punto que gracias a su intensidad en defensa y sobre todo a su desparpajo en ataque, los españoles se fueron con apenas un gol al descanso.
La segunda parte tuvo una gran diferencia respecto a la primera, la igualdad. Los nuestros estuvieron mucho más acertados, porque aunque el poderío físico brasileño seguía haciendo de las suyas, arriba la conexión de Cikusa con nombres como el debutante Romero, que dio muchas alternativas en ataque con pivote. Eso sumado al acierto en el lanzamiento de Jan Gurri y a un Sergey Hernández más fiable bajo palos ajustó mucho el partido. No obstante, Brasil siempre se mantuvo por delante, con una pequeña renta, a la que también ayudó España con algunos errores claves como los siete metros, una de sus grandes carencias en todo el torneo.
Finalmente la estrecha ventaja del equipo brasileño se mantuvo hasta el final, ya que tras ir empatados hasta el 55, ellos subieron una marcha y eso fue demasiado para los nuestros, que no pudieron hacer lo mismo. Errores defensivos, precipitación en ataque y nervios propios de la juventud. Eso sí, una vez más salió el carácter hispano para llegar a la última posesión con bola para empatar en los últimos diez segundos, pero Ian Barrufet falló ante el portero, lo que hizo que el marcador final fuera 25 a 26. El final de un campeonato aciago para los Hispanos, que sin embargo se van con la sensación de que hay mucho talento en ciernes que con el paso de los años solo puede ir hacia delante.