España celebró como si de un triunfo se tratase el empate (29-29) con el que ha acabado la primera fase del Mundial de Balonmano Masculino 2025, que le permite pasar a la Ronda Principal con tres puntos en su casillero. El motivo no era otro que, a apenas 12 minutos del final, los Hispanos perdían de cinco goles, no habían logrado en toda la segunda mitad reducir la distancia que Suecia alcanzó en la primera y seguían teniendo muchos problemas para contener a sus rivales, especialmente a un Lagergren casi perfecto y a un Möller que hacía mucho daño en el pivote.
Pero dos goles consecutivos cambiaron el chip y los de Jordi Ribera afrontaron los diez últimos minutos encendidos. Lograron igualar de milagro, con un gran lanzamiento de Alex Dujshebaev y una parada... de su hermano Dani en el último segundo. Pero antes de eso tuvieron opciones para haberse llevado, incluso, la victoria. Gonzalo Pérez de Vargas, que se veía superado en los primeros minutos, parecía un muro insuperable, sus compañeros, un huracán y así, el milagro fue posible. Sólo es un empate, pero el golpe de moral es de victoria importante.
Ahora, España afronta una segunda fase en la que se verá con Portugal, Brasil y Suecia y en la que depende de sí misma para meterse entre las dos primeras del nuevo grupo y acceder a cuartos de final. De ganar los tres partidos podría hacerlo, incluso, como líder.
El partido tuvo un claro color, el amarillo, hasta esos diez últimos minutos, en los que el negro de la elástica española oscureció las ambiciones suecas. El equipo nórdico supo muy bien cómo jugarle a una España que no buscaba los extremos, que defendía muy sobre la línea y a la que le costaba horrores marcar. Una mala racha de siete minutos sin anotar propició la ventaja que ya mantendría Suecia durante todo el partido.
Liderados por Möller y Lagergren, los nórdicos llegaron a ponerse siete arriba en algunos momentos de la primera mitad y, sólo al final, Ribera encontró la forma de, al menos, empezar a anotar de forma consistente para que la sangría no fuera mayor.
Los cinco abajo con los que se fueron los Hispanos al descanso parecían un mal menor. Era una diferencia asumible, pero que dejó de serlo cuando pasaban los minutos y, lejos de bajar, lo que hacía era, o mantenerse, o subir hasta seis. Así se entró en el último cuarto de hora, sin atisbo de reacción.
Lo único bueno, a esas alturas, era que los Hispanos ya habían metido la directa en ataque, habían sabido encontrar a Ferran Solé y los goles empezaban a caer de forma seguida. Faltaba la defensa o un Pérez de Vargas que apareció a tiempo. El meta del Barça paró un penalti y eso desató la confianza de sus compañeros. A partir de ahí, la desventaja se fue reduciendo hasta que llegó el empate a minuto y medio del final. Aún se adelantaría Suecia, pero a España le daría tiempo de empatar y de soñar.
España: Pérez de Vargas (P), Hernández (P), Alex Dujshebaev (4), Dani Dujshebaev (4), Tarrafeta (4), Peter Cikusa (1), D. Cikusa, Garciandia (2), Casado, Solé (7), Álvarez, Sánchez-Migallón (1), Fernández, Barrufet (1), Serdio (3) y Rodríguez (2).
Suecia: Palicka (P), Norsten (P), Lagergren (9), Nilsson, Svensson Aspenbäck, Johansson (1), Möller (5), Wanne (7), Gottfridsson, Carlsbogard (3), Edvardsson, Pellas, Sandell, Ekberg (1), Forsell Schefvert y Karlsson (3).
PArciales cada cinco minutos: 1-1, 4-4, 4-8, 7-12, 8-15, 11-16 -descanso-; 13-18, 14-20, 17-23, 22-25, 25-27 y 29-29.
Árbitros: Adam Biro (HUN) y Oliver Kiss (HUN). Excluyeron dos minutos a Carlsbogard, Möller y Forsell Schefvert por parte de Suecia y a Ian Tarrafeta por parte de España.