Las tarjetas amarillas llegan a la Vuelta a España

Ya está aquí una nueva edición de la Vuelta a España, la tercera gran vuelta del ciclismo y que desde el 17 de agosto, cuando saldrá de Lisboa, hasta el 8 de septiembre, cuando finalice en Madrid, va a llevar la emoción por todo el territorio español y con los grandes del pelotón 'pegándose' en cada una de las etapas, para conseguir el más ansiado de los objetivos, el maillot rojo. No va a ser fácil, ya que el cartel, aún sin Remco Evenepoel, Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, es de la más absoluta élite, y va a centrar todas las miradas del planeta ciclismo durante tres intensísimas semanas. Además, llega con novedades de toda índole, pero sobre todo, en materia de seguridad.

Una de las innovaciones reglamentarias es en el ámbito disciplinario y de seguridad y que se estrenará en la 79 edición de la Vuelta serán las tarjetas amarillas de amonestación. La Vuelta incorpora el sistema de tarjetas amarillas para prevenir los malos hábitos por parte de cualquier protagonista del pelotón. "Es un sistema de prevención de malos hábitos. Eso quiere decir que una mala acción de un ciclista, de un piloto de moto, de un director deportivo… puede derivar en una tarjeta amarilla, que solamente puede sacarlas un comisario. Siempre y cuando sea una acción que tenga que ver con la seguridad”, según ha explicado Kiko García, director técnico de La Vuelta.

Además, el reglamento tendrá algunos cambios que afectarán a algunas etapas en concreto, para tratar de garantizar la seguridad de los ciclistas, sobre todo en las etapas con desenlace al esprint. En el pasado Tour de Francia estas medidas ya se incluyeron de manera improvisada en algunas jornadas. “Tenemos cuatro etapas en las que se va a alargar un poco la zona de seguridad del esprint. Será en las etapas 2 y 3 en Portugal y la 5 en Sevilla, que la tendrán a 4 kilómetros de meta, y la 17 en Santander, que donde se ampliará a 5 kilómetros de meta”, recalcó el encargado de velar por la seguridad de los ciclistas.

Se trata de ampliar la zona de protección habitualmente situada en los 3 últimos kilómetros y son medidas propuestas desde SAFER, un organismo que está compuesto por todas las familias del mundo del ciclismo, y que eso sí, aún está probándose, tal y como valora García. "Es un periodo de test para estas medidas, tal como se empezó en la Clásica de San Sebastián y en el Tour de Polonia, que vamos a intentar adaptar lo mejor posible. Seguramente habrá algún error, pero es un buen momento para ir haciendo pruebas".