La selección española de balonmano se estrena este viernes en el Europeo 2024 de Alemania ante Croacia, el rival a priori más complicado que le podría tocar en esta primera fase, en la que también se enfrentará a Austria y Rumanía.
El equipo que adiestra Jordi Ribera tiene su meta puesta en el título, que ha ganado en dos de las tres últimas ediciones y que, en 2024, vendría acompañado con el premio de la clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Los Hispanos tendrán como máximos rivales, a priori, a Dinamarca, Francia o a los anfitriones, Alemania, aunque en el caso de los galos ya tienen asegurada su presencia en los Juegos por ser anfitriones. Ese es el principal objetivo, aunque no el único. Sumar la quinta final consecutiva o un tercer título en seis años sería la demostración del valor de un equipo al que no acaban de valorar lejos de nuestras fronteras como merece.
"El equipo siempre ha mantenido ese espíritu de lucha, siempre ha pensado que cualquier objetivo se puede conseguir con independencia de quién sea el rival o de las dificultades que entrañe cada partido; y eso nos ha permitido sobreponernos a momentos complicados, porque siempre hemos creído que se podía ganar ", asegura Jordi Ribera en una entrevista con la Agencia EFE, en la que dejaba muy claro cuáles son las fortalezas que han hecho a los Hispanos ofrecer siempre su mejor versión en los grandes torneos.
"España es un equipo que sabe leer y adaptarse perfectamente a las circunstancias de cada partido y eso hace que un día puedan brillar unos jugadores y al siguiente, otros. Además es un grupo en el todo el mundo participa y tiene su papel y eso nos permite aguantar física y mentalmente durante todo el torneo", advierte Ribera, quien señala que, en ataque, los Hispanos han demostrado tener "una gran variedad de recursos" y, en defensa, aún pueden mejorar del punto de partida con el que arrancan el Europeo. "Ahí, creo que aún tenemos un margen de mejora muy grande. Hemos pasado de unos jugadores con muchos automatismos, que se conocían perfectamente, a otros que tienen que ir generando esos automatismos. Necesitamos en determinados momentos un punto más de contundencia, porque somos un equipo que nos gusta mucho disuadir, interceptar el balón, pero hay situaciones que requieren un golpe franco y ahí quizá nos falta un poco", indica el seleccionador español.
Centrándose en el Europeo de Balonmano, Jordi Ribera tiene claro que el objetivo son los Juegos Olímpicos. "Podría bastar con llegar a la final si ganan Dinamarca o Francia y luego, tenemos también el Preolímpico. Pero sigo pensando que no hay que vivir obsesionados con el premio, sino con el camino que hay que recorrer para llegar a él y en eso es en lo que nos tenemos que centrar", advierte.
"El campeonato es muy largo y el camino para llegar a las semifinales va a ser muy complicado, por lo que el que gane el primer partido -ante Croacia- va a tener evidentemente una ventaja. Va a ser un partido muy importante para los dos", señala el preparador gerundense sobre el rival al que este viernes se enfrenta. "Croacia es un equipo que tiene mucho talento en ataque y que, en defensa, maneja distintas alternativas, pero, sobre todo, es un equipo que cuando se pone por delante en el marcador es muy complicado romperles el ritmo de juego", añade Ribera, quien avisa que es "un grupo en el que no hay ninguna selección realmente débil".
Pese a ello, el técnico catalán es optimista y sabe que, si solventa esta primera fase como espera, se le pone muy de cara el Europeo. "El sorteo no ha sido muy favorable y ya son unos cuantos, porque está claro que en el Grupo A tienen muchas posibilidades de pasar Alemania, la anfitriona, Francia y por el otro pueden venir selecciones como Islandia, que lleva ya unos campeonatos rindiendo a un gran nivel, Hungría o Serbia. Todos ellos rivales muy complicados, pero el equipo debe ir creciendo durante la competición y tendremos que asumir lo que nos vaya llegando", admite.