Simplemente está en otra liga. El danés Jonas Vingegaard repitió este sábado triunfo en O Gran Camiño –donde ya ganó el viernes–, con una nueva exhibición en la etapa que finalizó en Ribadavia (Ourense), donde cruzó la línea de meta con casi medio minuto de ventaja sobre el pelotón perseguidor que encabezó el gallego Carlos Canal (Movistar).
La realidad es que nadie le tose al doble campeón del Tour de Francia en la ronda gallega. Ezequiel Mosquera, su director, apostó fuerte por la presencia de Vingegaard y el líder del Team Visma Lease a Bike no le está defraudando lo más mínimo. Ayer firmó una colosal victoria y hoy desde el inicio de la etapa dejó claro que iba a dejarse la piel por volver a subirse al podio; y sí, directamente no encontró rival.
Lo cierto es que Vingegaard disfruta más que nadie de las carreteras gallegas, el frío y la lluvia. En 2023 abrió su preparación para el Tour en esta misma carrera y ahora parece estar incluso mejor que en aquel momento. Ni Bernal, ni Carapaz ni Tarling le aguantaron. Tampoco un heroico Pablo Castrillo, que después de 80 kilómetros de escapada se entregó ante el demoledor ritmo del danés.
A más de 130 kilómetros de la línea de meta, Vingegaard ya mandó un mensaje metiéndose en un grupo en el que también estaban Bernal, Gaudu, Tarling y Carapaz, entre otros. El pelotón no tardó en alcanzarlos. Poco después, Etxeberria, De la Cruz, Silva, Andreas Piccolo, Murguialday, Langellotti y Pablo Castrillo formaron un grupo que soñó con jugarse entre ellos la victoria cuando se vieron con más de seis minutos de ventaja sobre el pelotón.
Si los escapados tenían alguna esperanza, el equipo Visma tiró por tierra tal sueño. Los de de Vingegaard subieron el ritmo cuando su jefe lo ordenó y poco a poco empezó a limar la desventaja. Ya en el Alto do Couso llegó el momento de que Vingegaard rematase el trabajo de sus compañeros. Nadie del pelotón lo pudo seguir y poco a poco el doble campeón del Tour empezó a cazar a los ciclistas que iban por delante.
El único que mantuvo el tipo fue Castrillo, pero no demasiado. Vingegaard es tan ambicioso que arriesgó para cazarlo y sumar su segunda victoria en otras tantas etapas –la primera no contó para la clasificación general por el mal tiempo–. El danés es el rey de O Gran Camiño, su carrera.