Jon Rahm no se anda con rodeos. El golfista español explicó hace meses su decisión de firmar por la LIV Golf de Arabia Saudí y ahora, a días de que comience un Masters de Augusta en el que defiende título, vuelve a hablar igual de claro en una entrevista concedida a la revista Esquire.
Empezando quizás por lo más banal, el vizcaíno apunta que le gusta bastante más el sobrenombre que tiene en España al que le han colocado en Estados Unidos, justo donde se juega el mencionado major. "Aunque en Estados Unidos no lo entiendan, a mí 'El León de Barrika' me gusta un poco más que 'Rahmbo'", comenta el autor de 20 victorias profesionales.
Hablando ya del mítico torneo de la chaqueta verde, Rahm no puede sino poner en valor su participación al equipararla con lo más grande de otros deportes. "Entrar en Augusta es como para alguien del Real Madrid caminar por el túnel de vestuarios e ir al centro del campo del Bernabéu en una final de Champions. O jugar en la central de Wimbledon si te gusta el tenis. Da igual las veces que haya jugado este torneo, siempre siento el mismo cosquilleo en el estómago. Es algo con lo que has soñado toda tu vida y que se hace realidad una vez al año", señala.
Pese a sus grandes éxitos y al cariño que le muestran en España constantemente, Rahm no aclara si su futuro pasa por volver a vivir a su país natal. "Ni idea. Estamos hablando de cuando tenga 50 o 60 años. Depende de cómo me cuide. Faltan 30 años para eso. Mis hijos serán adultos, espero tener nietos... No soy alguien que piense tan a largo plazo, pero es una opción. La calidad de vida en España es difícil de igualar", explica.
En cuanto a los retos de su carrera, Rahm se muestra cristalino y no tiene miedo alguno a subrayar que su único plan es hacer historia en el mundo de los greens y bunkers. "Soy de ponerme objetivos fuertes y trabajar duro para intentar conseguirlos. Dije que quería ganar 18 grandes. Llegaré o no, pero pongamos que me quedo a mitad de camino y gano 9: sería increíble igualmente", comenta antes de admitir que afirmaciones de este tipo pueden provocar reacciones no deseadas.
"Cuando dices algo así va a haber gente que no lo puede entender, o igual se ríen de ti, te llaman arrogante o chulo, flipado, subido... como quieras llamarlo. Y se me llamó todo eso, aunque yo de carácter en realidad soy bastante humilde. Simplemente tengo mucha ambición", finaliza.