Jon Rahm vivió el año pasado una temporada muy convulsa, en la que pasó por muchas cosas que le hicieron replantearse si su camino de marcharse al LIV Golf dejando atrás el PGA había sido correcto. Dejar de competir con los mejores semana tras semana le afectó mucho más que a otros de los nuevos golfistas de la competición saudí, y en los grandes no fue capaz de meterse en la pelea como antaño. Salvo al final de temporada, donde mejoró y estuvo en la pomada del British Open y los Juegos Olímpicos, lo que hacía pensar en una mejora en 2025, algo que tras el primer torneo parece que queda muy lejos.
El torneo elegido para su debut no era otro que el Hero Dubai Dessert Classic, pero las cosas han ido mal, tanto que el español, que partía como uno de los favoritos, ha tenido una nefasta segunda jornada y, con una pésima tarjeta con 77 golpes, que sumada a la del primer día le dejan con un acumulado de 146, dos por encima del par del campo, le ha dejado fuera del corte, y es que había 14 golpes de diferencia entre él y el líder, el escocés Ewe Ferguson, con -12.
El primer día de Rahm fue esperanzador, pero en el segundo todo ha ido mal, tanto que fue uno de los peores del día, con dos 'birdies' en los hoyos 6 y 9, tres 'bogeys' y dos 'doble bogeys'. Pero más allá del nefasto resultado, lo peor han sido las malas sensaciones dadas en su juego, pues falló casi todo, desde el mismo 'tee' de salida hasta los putts. Y el de Barrika era muy consciente al terminar: "un poco mal todo en general. Lo peor, obviamente, desde el 'tee'. No he podido arreglarlo de ninguna manera. El día ha sido un poco de mal en peor. Aunque fastidie, mejor hacerlo en la primera semana del año...que no cunda el pánico, que acabamos de empezar. Me 'jode' como competidor".
Mientras sigue tratando de solventar sus problemas con el circuito europeo para estar en la Ryder Cup, el vasco confesó que el día había sido "frustrante", hasta el punto de que no recuerda cuando hizo un resultado tan alto en un torneo que no fuese un grande, pero ahora le toca analizar lo que ha pasado. "Al final hay que tener una visión del año entero y no hay que dejar que una semana mala te dicte lo que puede pasar en el resto del año, lo bueno es que tengo la idea de lo que tengo que trabajar".