Jon Rahm, número 3 del mundo, inició ayer jueves la defensa de su tercer título del Abierto de España, que se disputa en el Club de Campo Villa de Madrid, con una tarjeta de 67 golpes -cuatro bajo par-, en una primera jornada del torneo que estuvo marcada por la afluencia masiva del público nacional para seguir al 'León de Barrika', que se dio un baño de masas en un día en el que el protagonista fue otro, el francés Mathieu Pavon, quien terminó primero con una ronda de 63 (-8).
Y lo que resulta más curioso es que este golfista galo es hijo de un exjugador del Real Betis, Michel Pavon. Este exfutbolista francés jugó casi 400 partidos en Ligue 1 entre el Toulouse, el Montpellier y el Girondins. Y en el año 2000, a sus 31 años, el centrocampista llegó a España para firmar por el conjunto verdiblanco, donde las lesiones le permitieron sólo disputar diez partidos con la elástica bética y al finalizar el curso decidió colgar definitivamente las botas.
Número 195 del ránking mundial, su hijo vivió ayer un día inolvidable. Acabó primero tras completar el recorrido en 63 golpes, ocho bajo par, y realizó un eagle, siete birdies y un bogey. Por detrás, el neerlandés Wil Besseling, que fue segundo con 64 golpes, siete bajo par, y un total de ocho birdies y un bogey.
Mientras tanto, el catalán Víctor García Broto, que logró su plaza en la previa, terminó su primer día en un torneo de elite con una tarjeta de 66 golpes (-5). Otros españoles que también rindieron a un gran nivel, espoleados por la afición nacional, fueron Santiago Tarrío, Alejandro del Rey, Jorge Campillo y Pablo Larrazabal (-3).
Rahm, encuadrado con Rafa Cabrera Bello, ganador en 2021, y el alemán Paul Yannik, completó un buen recorrido de juego y terminó con una tarjeta de cuatro bajo par.
El 'León de Barrika' se mostró así de ilusionado tras la primera jornada disputada: "Ha sido un gran día de golf. He jugado muy bien, me he sentido muy cómodo y ojalá pueda jugar así el resto de la semana y seguir tirando buenos golpes". Y entre los aspectos más positivos destacó la buena afluencia de público: "Siendo el día que es no esperaba que hubiera tanta gente. No me esperaba tantos. Es un honor que vengan a verme en vez de celebrar la historia del país. Poder jugar delante de ellos es bonito".
El tricampeón del Abierto de España se mostró también sorprendido por la gran cantidad de niños que año tras año acuden junto a sus padres al torneo: "Se nota que cada año hay más niños. Yo desde pequeño quería ser futbolista y he acabado jugando al golf. Uno de los objetivos que tengo es que el golf esté a un nivel más alto cuando me retire que cuando empecé".