Había muchas expectativas en los últimos días de que el conflicto en el mundo del golf se fuera a acabar. PGA Tour, DP World Tour y LIV Golf llevan meses negociando y tratando de tender puentes para que la llamada 'guerra del golf' acabe.
Como el pasado año por estas fechas, aparecen informaciones que aseguran que el acuerdo es cercano. Hace unos días, el portal Bloomberg afirmaba que se habían producido avances significativos. Sin embargo, las diferencias están y no sólo son de circuitos. El asunto de las multas que ha vuelto a aparecer con la inscripción de Jon Rahm en el Open de España separa a unos y otros.
"No me gustan mucho las multas. Creo que ya lo he dicho abiertamente. No tengo intención de pagar las multas y seguimos intentando hablar con ellos sobre cómo podemos conseguirlo", señalaba Rahm hace unos días, en la previa del LIV Golf Chicago, al referirse a las sanciones económicas que implica jugar torneos del DP World Tour al estar integrado en el LIV Golf.
Y también está el malestar de algunos de los principales golfistas que se quedaron en el PGA Tour y que han visto cómo los que se fueron al LIV Golf ganaban mucho más que ellos en los dos últimos años, aún teniendo peores resultados. Eso, añadido a unos fijos con los que les convencieron y que, en el caso de Jon Rahm, fueron unos 500 millones de dólares por cinco años. En este sentido, están pidiendo que devuelvan el dinero que recibieron por firmar sus contratos, algo con lo que las principales estrellas del LIV Golf no están de acuerdo.
La clave la daba este miércoles Rory McIlroy, uno de los que ha tratado de tender esos puentes desde que su amigo Jon Rahm se marchó al LIV Golf. "Diría que tal vez la mitad de los jugadores del LIV quieren que se cierre el acuerdo y la otra mitad, probablemente, no. Diría que eso es similar en el PGA Tour. Porque, como en todo, todos velan por sus propios intereses. Ya sabes, a algunas personas les beneficiaría que no se cerrara un acuerdo. Creo que los circuitos quieren que suceda. Los inversores sin duda quieren que suceda porque pueden ver los beneficios por sí mismos. Pero, en este momento, es el Departamento de Justicia y las diferentes opiniones de los jugadores los que lo están frenando", advierte el golfista norirlandés en la previa del BMW Championship.
Las palabras de McIlroy viene al caso porque una de las alternativas que se están barajando últimamente es que haya acuerdo de LIV Golf y el DP World Tour -antiguo circuito europeo-, lo que volvería a poner a éste a la altura del PGA Tour con la inyección de dinero saudí. "Sería como volver a los 80 ó 90 -cuando los dos circuitos eran muy fuertes-. Pero eso supondría seguir manteniendo el golf dividido, algo con lo que no estoy de acuerdo. Me encantaría ver que todo y todos volvieran a estar juntos", afirma el número tres del mundo.