La Vuelta a España ha empezando su segunda semana de competición tras la jornada de descanso del lunes, en la que han pasado de las tremendas temperaturas que se han atravesado en los días iniciales entre Portugal, Extremadura y Andalucía, para llegar a Galicia. Y en el norte todo ha seguido igual, porque sí, seguía haciendo calor, y mucho. Pero además porque también ha ganado el mismo que ya lo había hecho en dos ocasiones, Wout Van Aert. El belga del Visma ha cambiado de registro y lo ha hecho venciendo en una etapa perfectamente conducida por él desde la fuga, en la que ha sido con diferencia el más fuerte.
Después de alzar los brazos en Castelo Branco y Córdoba, la tercera victoria ha llegado en Baiona. al rematar en la línea de meta a su compañero de fuga Pacher, mientras que a 2:01 minutos llegaron los otros protagonistas de la escapada, Marc Soler, Lecerf y Hollmann, y a 5.31 el grupo principal, con Ben O'Connor conservando el jersey rojo de líder. Y lo sabía de antemano el Herentals, al que el guión que tenía escrito le valió: "quería estar en la fuga, pensé que los escaladores llegarían más frescos al puerto y que ganarían, pero pude resistir, y ha sido muy bonito ganar aquí en presencia de mi familia", dijo Van Aert.
Desde el inicio ya hubo múltiples intentos de fuga. El descanso en Vigo recargó las pilas de un pelotón que veía como había nombres ilustres involucrados en la búsqueda de una escapada por un terreno ondulado, con 4 puertos, el último de ellos de 1a, con la cima a 20 de meta. En el descenso del Alto de Fonfría se formó una expedición interesante con Van Aert, Marc Soler, Lecerf, Hollmann y Pacher, éste último el mejor clasificado a más de media hora del líder. Luz verde para la aventura. El pelotón no se puso muy nervioso ante el escenario de la etapa. A 60 km de meta, y con el encadenado de 3 puertos por delante, el retraso del grupo principal era de 6 minutos, el mismo que en el Alto de Vilachán, y algo superior al paso por el Puerto de Mabia.
Y a 30 km de meta ya se vio claro que la victoria de etapa estaba delante. El gran grupo se desentendió del quinteto rebelde. Al pie de la última subida soltó la primera carta Van Aert, y le respondió Pacher. Ambos unieron fuerzas e intenciones para descolgar a Soler y Lecerf, coronar el puerto y descender hacia Baiona para jugarse la gloria junto a la costa de las Rias Baixas. Y así llegaron al final, donde se impuso la lógica, el enorme potencial del maillot verde. Van Aert dejó su sello para conseguir si tercer triunfo.