Las características y dimensiones de su pista son unas de las grandes ventajas que tiene el pádel frente a otros deportes de raqueta. Pues según la FIP, una pista de pádel reglamentaria tiene una superficie total de 200 metros cuadrados, repartidos en 10 metros de ancho por 20 metros de largo.
Lo cierto es que sus medidas son claves en este deporte, donde el aspecto atlético es fundamental a un alto nivel, pero para un jugador ocasional, la pista de padel es una cancha asequible de recorrer. Además, al jugar en parejas, el terreno a cubrir es todavía más reducido.
Las dimensiones de una pista de pádel comprenden los 200 metros cuadrados, repartidos en 10 metros de ancho por 20 metros de largo. Estas medidas solamente hacen referencia al área de juego, por lo que en ellas no se incluyen paredes y rejas. De esta manera, cada mitad de pista está formada por un cuadrado de 10x10 metros, divididas por una red que divide la pista por la mitad.
Ambas mitades deben ser simétricamente perfectas no solo en medidas, sino también en el trazado de las líneas. El grosor de las líneas es de 5 centímetros y siempre de color blanco, para que sean claramente distinguibles. Entre la pared y la línea de saque hay un espacio de 3 metros. Asimismo, desde la línea des que hasta la red hay 7 metros.
La red ostenta una longitud de 10 metros y una altura de 0,88 metros en su centro. La malla de la red está rematada con una banda superior de fondo blanco y con una anchura de entre 5 y 6,3 centímetros. Además, por razones de seguridad, se encuentra suspendida por un cable cuyos extremos están unidos a dos postes con una altura no superior a los 1,05 metros.
Por otro lado, el pádel es uno de los pocos deportes que permite el juego exterior a la pista. Para ello es imprescindible incluir un espacio libre delimitado de 2 x 4 metros a cada lado de la pista. De esta manera y para que los jugadores puedan acceder a la zona exterior cómodamente, las puertas deben tener un mínimo de 1,05 por 2 metros.
Las paredes son una parte fundamental del pádel, en el que el rebote no solo está permitido, sino que es parte del juego. Las pistas están cerradas por cuatro paredes con una altura mínima de 4 metros cada una. Las paredes del fondo pueden ser opacas o transparentes (cristal, cemento, etc...). Asimismo, el reglamento permite que los tres primeros metros sean de cualquiera de estos materiales y, el último, una valla metálica.
En pistas cubiertas, normalmente el techo debía tener una altura mínima de 6 metros. Ahora, la FIP recomienda que las nuevas construcciones sean de 8 metros.
El suelo de una pista de pádel puede ser de césped sintético, cemento o moqueta. Sin embargo, lo ideal es de césped con su correspondiente arena, ya que esto facilita los movimientos de los jugadores y evita lesiones. En cuanto a su color, el reglamento limita a tres: verde, azul o pardo-terroso. El suelo negro solo para instalaciones indoor.
El pádel permite su juego al aire libre, siempre y cuando no llueva y, además, se puede jugar sin luz solar, por lo que se hace necesario su iluminación artificial. Se utilizan al menos cuatro focos que no interfieran el juego y que tengan una altura mínima de 6 metros. Estos pueden estar situados fuera del terreno del juego, pero si estuviesen en la zona de seguridad, no estaría permitido el juego exterior.
La FIP insiste en que la iluminación debe ser uniforme para no dificultar la visión de los jugadores, del equipo arbitral o de los espectadores. Para ello, es necesario una intensidad mínima de 200 lux en exterior y 300 lux en interior. En el caso de partidos profesionales o televisados, debe ser el doble.