Aunque pueda no parecerlo, al menos para los que no estén muy puestos, el golf es uno de los deportes que más dinero mueve en todo el planeta, al menos en lo que a premios para los deportistas se refiere. Como ejemplo tenemos a un español, Jon Rahm, que en 2023 se llevó más de tres millones de dólares sólo por ganar el Masters de Augusta 2023, por no hablar de lo que cobró ese año por dejar el circuito PGA y marcharse al LIV Golf de Arabia Saudí. La propia industria del golf genera mucho dinero y España es una buena prueba de ello, ya que son muchos los turistas que vienen a nuestro país para practicar este deporte.
Paradójicamente, la competición que más gusta y llama la atención dentro del golf es la única en la que los golfistas no se llevaban ningún premio por ganar, al menos hasta el torneo de 2025. Hablamos de la Ryder Cup. La primera edición de este mítico torneo se celebró en 1927 y enfrenta a golfistas de Europa contra los de Estados Unidos, por lo que es la competición con mayor afición del mundo.
Los 24 golfistas participantes lo único que se llevaban hasta ahora era el honor de representar a su país o continente y quedar por encima del rival. La Ryder Cup no tenía una bolsa de premios, pero sí que es cierto que ser uno de los 12 elegidos por cada equipo supone algo muy importante para los golfistas, cuya elección se va de la mano de patrocinios y distintas formas de generar ingresos económicos.
También han existido premios simbólicos en el pasado. Por ejemplo, el equipo europeo de 2018 consiguió un Rolex personalizado para cada uno, un regalo de Thomas Bjorn, capitán de dicho equipo, o en 2021 la PGA dio a cada miembro del equipo estadounidense 200.000 dólares para que lo donaran a causas benéficas.
Todo esto va a cambiar en 2025, ya que la PGA (por las siglas en inglés de la Asociación de Golfistas Profesionales de Estados Unidos) pagará a los golfistas norteamericanos por competir en la Ryder Cup.
Cada uno de los jugadores del equipo estadounidense cobrará medio millón de dólares, de los cuales 300.000 tendrán que ser donados a la organización benéfica que cada golfista elija, quedándose cada jugador 200.000 euros.
Desde la PGA explicaron el pasado mes de diciembre que "ningún jugador pidió ser compensado; los jugadores y capitanes, pasados y presentes, son los responsables de que la Ryder Cup se haya convertido en la competición más especial del golf y en uno de los eventos más demandados del panorama deportivo internacional".
Por parte de los jugadores europeos, algunos como Roru Mcllory ya han dicho que no necesitan recibir dinero para disputar dicho torneo. "Yo personalmente pagaría por el privilegio de jugar en la Ryder Cup; he recorrido un largo camino en esto, especialmente con los Juegos Olímpicos", señaló.