El año de Carolina Marín va a estar marcado sí o sí por lo que le sucedió en los Juegos Olímpicos de París 2024, en los que se quedó a las puertas de la medalla después de sufrir una nueva lesión de rodilla en semifinales, una rotura de ligamentos que ponía en duda su continuidad en el bádminton profesional. Y es que tras sufrir ya esta lesión que le impidió el defender en Tokio su título de campeona olímpica de Río, no estaba claro que la onubense fuera a tener la fuerza y las ganas de seguir peleando por volver a jugar al más alto nivel, pero parece que sí que hay un motivo.
Para encontrar el sueño por su retorno a las pistas hay que irse hasta dentro de un año y medio, en concreto hasta 2026, pues Marín tiene entre ceja y ceja jugar el Europeo de 2026, que será en España, y de hecho, es muy probable que tenga lugar en Huelva, en su casa. En caso de que lo consiga, falta por ver si seguiría adelante o sería el final de su carrera. Aunque lo primero es recuperarse, que va a ser de por sí algo durísimo. Por lo pronto, Carolina ya deja claro que sin ser una "obsesión", jugar este torneo es "una ilusión".
Ya ha explicado varias veces que pese a venirse de París sin presea, tiene algo más importante, el cariño de la gente, pero no solo eso, pues desde maña viernes también podrá presumir de algo más, el premio Princesa de Asturias de los Deportes, algo que la cataloga entre las más grandes de la historia del deporte español. El galardón se le concedió en mayo, antes de todo lo que ha sufrido, pero cual triste metáfora del destino, sirve para ayudarla a superar el mal trago.
Mientras sigue centrada en su recuperación, que eso sí, parece que va por buen camino, pues en su 'gira' por Asturias se le está viendo sin muletas, ella tiene una máxima clara, la de que si vuelve a coger una raqueta solo va a ser para disfrutar, por lo que debe estar primero a tope y luego recuperar sensaciones. Esto sería muy bueno para ella y para todo el mundo polideportivo, puesto que el recuerdo del partido ante He Bingjao, donde salió llorando y casi arrastrándose por la pista, podría ser suplido con su imagen de nuevo sonriendo mientras golpea el volante.