Francisco Salas4 min lecturaTadej Pogacar dejó el Tour de Francia visto para sentencia este domingo en la subida final a Plateau de Beille, en la que amplió su ventaja sobre Jonas Vingegaard hasta los tres minutos -3:09- y ahora mismo, a falta de seis etapas, solo una explosión tremenda le haría perderlo, algo que le ha sucedido otras veces, pero tal y como ha ido estos días, parece cuanto menos improbable. El del UAE ha usado a su equipo a su favor como pocas antes había hecho, pero ha demostrado que es el mejor ciclista del mundo, y lo va rematar con el doblete Giro-Tour, si nada se tuerce. Por lo pronto, lo que le queda es favorable para él, aunque le van a probar.
Para empezar, tras las etapas pirenaicas y la segunda jornada de descanso de hoy lunes, los velocistas saldrán de sus guaridas para disputarse un caramelo en Nîmes, donde acaba la etapa del martes. Mientras el miércoles turno para los aventureros en Superdevoluy con un final interesante que incluye tres puertos en los últimos 35 km. La llegada en ascenso, con 3,8 kilómetros al 5,9% puede dar juego. Después el jueves aparece la media montaña con la decimoctava etapa entre Gap y Barcelonnette. Día rompepiernas con 5 subidas, todas de tercera, todo el día subiendo y bajando.
Después llegará un fin de semana apasionante con etapas exigentes. Aún con la general perfilada y Pogacar imbatible por el maillot amarillo, la lucha por el podio puede ser encarnizada. El viernes, la 19ª etapa con un final interesante en el Isola 2000, que vuelve a ser meta de etapa en la 'Grande Boucle' 31 años después. Pero antes dos colosos, el Col de Vars, con 18,8 kilómetros al 5,7%, y La Bonnette, techo del Tour a 2.802 metros de altitud y un ascenso de 22,5 km al 6,9. Día para el dolor de piernas con 4.600 de desnivel acumulados en sus apenas 145 kilómetros.
La etapa 20, el sábado, sólo tiene 132,8 kilómetros, pero supera los 4.000 de desnivel acumulado. Tiene el final típico de la París-Niza, con 4 puertos, el Col de Braus, de 2a,10 km al 6,6, el Col de Turini, un 1a larguísimo -20,7 al 5,7-, el Colmiane, otro 1a, de 7,5 km al 7,1 y el Col de la Couillole, final en alto tras un ascenso de 15,7 km al 7,1.
Y como colofón el Tour no termina en París este año por primera vez en su historia, lo hará en Niza por la proximidad del inicio de los Juegos Olímpicos en la capital francesa. El desenlace lo pondrá una contrarreloj larga y quebrada de 33,7 kilómetros, con ascensiones a La Turbie, de 2a, con 8,1 km al 5,6 y al mítico Col d’Eze, corto pero muy intenso -1,6 km al 8,1-. Se cambia el esprint habitual de la fiesta parisina por una crono, algo que no se vivía desde 1989.