El
Maratón de Sevilla, que se disputará el próximo
23 de febrero, tiene inscritos a
once mil corredores a falta de dos meses para la prueba, lo que es un
récord a estas fechas para una competición en la que la organización fijó un tope de participación de catorce mil atletas.
El
Zurich Maratón, en su trigésima sexta edición, vuelve a tener el sello
'Gold Label' de la
Federación Internacional (IAAF), como en los dos anteriores años, y también será
Campeonato de España de la especialidad y otorgará clasificaciones para los
Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
La prueba hispalense, además, ha sido incluida como
clasificatoria para los Campeonatos del Mundo de Grupos de Edad junto a las de Tokio, Boston, Londres, Berlín, Chicago y Nueva York, y, según un comunicado difundido este miércoles por sus organizadores, para su edición 2020 ha incrementado su apuesta por el
cuidado del medio ambiente con la gestión de residuos y el transporte público.
Así, durante el día de la carrera, y de la misma forma que se ha hecho desde 2013 para convertirse en el pionero de los grandes maratones de España, en los avituallamientos se utilizarán vasos de papel en vez de botellas de plástico, con la consiguiente reducción del impacto medioambiental al
ahorrar 195.000 botellines de plástico y más de 25.000 litros de agua.Con
menos de 3.000 dorsales disponibles de los 14.000 puestos a disposición de los corredores desde el pasado marzo, el maratón sevillano tiene previsto utilizar 400.000 vasos de papel, 45.000 botellines de aguas de 33 cl, 50.000 litros de agua, 60.000 esponjas, 40.000 de bebida isotónica, 20.000 botellines de bebida isotónica de 50 cl, 14.000 geles, 1.000 barritas energéticas, 17.000 manzanas, 6.000 kilos de plátano y 4.000 de naranjas.
Otro aspecto por el que destaca la prueba hispalense, informa el comunicado, es por su
carácter solidario, en este caso
donando ropa a ONG’s, por lo que tanto en la
Expo Maratón previa como en el día de la carrera se pondrán a disposición de los corredores y sus acompañantes contenedores para recoger prendas usadas o desechadas antes de iniciar la carrera, a las que posteriormente se les dará un segundo uso.