Gracia Ávila3 min lecturaMás de 17.000 personas se dieron cita en la ciudad de Córdoba, Argentina, para disputar la famosa prueba atlética, que días después sigue generando impresiones por lo caótica y desesperante que fue su celebración. Tras meses y meses de preparación, con muchos corredores que habían viajado hasta el país suramericano exclusivamente para disputar la prueba, los atletas se toparon con una situación insólita. “Los corredores estaban desbordados, sin saber qué dirección tomar, el recorrido estaba mal gestionado. Ha sido algo sin precedentes, insólito. No hay palabras para describirlo”, explicaba a la televisión uno de los participantes.
El principal problema es que todas las distancias estaban equivocadas, y sobre la marcha se les iba diciendo a los corredores que “dieran una vuelta más” hasta completar los kilómetros estipulados. Y es que los atletas que tenían previsto completar los 42 kilómetros propios de una maratón, solo pudieron cubrir 39; los que hicieron la media maratón, solo pudieron hacer 18; y los corredores que apostaron por la prueba corta de 10 kilómetros se quedaron en 8. El error de metraje no fue de unos cuantos metros, sino de kilómetros.
Lo peor de todo fue la sensación de caos, incertidumbre, confusión y pánico que se vivió con personas corriendo sin ton ni son por un trazado “mal diseñado” y al parecer, peor señalizado.
Nadie se acodará de Pedro Gómez, ganador de la edición 2022 de la Maratón de Córdoba; todo el mundo, cuando lance la vista atrás, rememorará los vídeos y fotografías del absoluto desastre con tramos sin señalizar y corredores deambulando de un lado para otro como si fueran auténticos zombis.
El gran problema es que se trata de una de las pruebas más multitudinarias y una de las más famosas de Argentina, por lo que no tardaron en correr los comentarios y los vídeos por las redes sociales, dejando en muy mal lugar a la organización.
Los desastres no quedaron ahí. Cuando llegó la hora de la entrega de premios, se dieron cuenta de que faltaban trofeos para algunas categorías, y hubo atletas, los más osados, que decidieron terminar de correr, por cuenta propia, los kilómetros que faltaban hasta completar las distancias reglamentarias.