Era considerado como uno de los futuros talentos del ciclismo mundial, se le llegó a llamar el nuevo Gianni Bugno, pero la carrera del italiano Gianni Moscon se ha ido diluyendo entre trifulcas, peleas, insultos y malos modos, que le han enemistado con casi todo pelotón.
Sus encontronazos con compañeros le han hecho ganarse una fama de mamporrero que ya frenó su carrera cuando estaba en el equipo más fuerte del pelotón, el Sky. En 2017, cuando aún militaba en este poderoso equipo, fue suspendido por proferir insultos racistas al francés Kevin Reza en el Tour de Romandía. Ese mismo año fue acusado de golpear al corredor del FDJ Seb Reichenbach, que se fue al suelo y, como consecuencia de la caída, se rompió el codo. Al año siguiente, en el Tour de Francia, sería expulsado de la carrera por golpear a Gesbert (Fortuneo).
El culmen de sus 'hazañas' llegó tras un enganchón en la Kuurne-Bruselas-Kuurne de 2020. Moscon, tras una caída múltiple, pugnaba por sacar su bicicleta de la maraña de ruedas, cuando cogió la bici de otro ciclista y la arrojó violentamente contra un corredor del B&B Hotels-Vital Concept. Tras eso sería expulsado de la carrera de forma inmediata. Su respuesta quedó a la altura de su fama: se quitó los dorsales frente a las cámaras y los arrojó al suelo.
Hasta ese 2118 estaba considerado, junto a Alaphilippe, como uno de los futuros sucesores de Alejandro Valverde en las pruebas de un día y, también, como un candidato a ganar carreras más largas si su evolución seguía por sus cauces normales. Pero sus problemas con compañeros y rivales, hicieron que su fama le llegara más por sus malos modos que por sus buenos resultados. Tras dejar el Sky ficharía en 2019 por el INEOS, donde amplió, como se pudo ver, esa fama que ya le precedía. En 2021 llegó al Astana y ahora, a sus 29 años y sin que haya refrendado lo que es esperaba de él, aún ha logrado encontrar un gran equipo que le dé una oportunidad.
Esta semana era confirmado como nuevo fichaje del Soudal Quick-Step de Remco Evenepoel. Patrick Lefevere, director deportivo del equipo belga, confirmaba su fichaje para que fuera, junto al español Mikel Landa, los principales apoyos de Evenepoel en las grandes vueltas y, en especial, del Tour de Francia.
"El Soudal Quick-Step es uno de los equipos más grandes el mundo. Lo he podido ver cuando he competido contra ellos en las clásicas estos años y siempre era el equipo a vigilar y que estaba en el sitio y en el lugar correcto y endureciendo. Era uno de mis objetivos cuando di el salto a profesionales, correr un día en el Soudal Quick-Step, y estoy orgulloso de que esto suceda el año que viene", señalaba Moscon nada más hacerse oficial su fichaje por el equipo belga.
"Venir aquí después de dos años difíciles en mi carrera significa mucho para mí y quiero dar las gracias a todos los que han confiado. Me encantan las clásicas. Me encantan este tipo de carreras y no puedo esperar para ser parte de este grupo. Siempre he dado lo mejor y siempre me comprometo cuando compito sobre la bici, y saber que seré parte de La Manada me hace estar muy ilusionado", añadía el italiano, en el que seguirán confiando para tratar de sacar algo en las carreras de un día.
Lefevere, por su parte, espera poder reconducir su carácter y sacar todo el potencial que, como ciclista, siempre ha tenido. "Depende de nosotros guiarlo bien. Puede que Moscon tenga poca mecha, pero espero que haya aprendido la lección. (...) La pelota está en su tejado, le corresponde demostrar que no nos equivocamos con él. No creo que el potencial de Moscon haya desaparecido. Y si no lo logramos, será mala suerte para él", afirmaba el manager del Soudal Quick-Step, que es consciente de que podrían estar dándole a Moscon su última oportunidad.