Francisco Salas4 min lecturaEl atletismo español y mundial se vio sacudido hace unos días cuando Ana Peleteiro anunció una noticia que nadie esperaba, que abandonaba a Iván Pedroso, el entrenador con el que había compartido su carrera desde 2018. Desde ese momento los rumores en torno a la triplista se sucedieron y cada vez eran más y más las opciones que salían. Que si por un lado Francia, que si Galicia, que si problemas personales con el grupo del cubano. En general un sin fin de ellos que obligaron a la campeona de Europa a convocar una rueda de prensa en la que ha puesto fin a todas las especulaciones y anunciado su decisión final.
"Después de 13 años fuera, mi corazón me pedía ir a mi refugio, Galicia". Y es que la de Ribeira, que antes de Guadalajara había estado en Madrid, lo deja todo para ahora, en su madurez como atleta volver a casa para afrontar sus últimos años y con el objetivo claro de llegar en las mejores condiciones los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2018. Y lo hará a las órdenes de su marido, el recién retirado triplista francéa Benjamin Compaoré, que también tiene gran trayectoria como entrenador. "Cuando hablé con él, también necesitó pensarlo, valorar que ese proyecto para nuestra familia era lo adecuado. Es un muy buen entrenador, he tenido la suerte de entrenar con él y ver sus consejos. Lo he visto conseguir objetivos increíbles con sus atletas".
Pese a todos los rumores, no tiene ningún problema con Iván Pedroso, de hecho todo lo contrario, pues su amistad "será eterna", de hecho, reconoce que este cambio es por una decisión personal y sobre todo familiar, algo que ha cogido mucha importancia en su vida desde que es madre. La razón de esta decisión es personal. La maternidad es una tarea complicada, sobre todo, cuando está lejos de la familia". Y es que ella quería para su hija una vida diferente a la que le podía ofrecer Guadalajara o Madrid.
"Cuando de pequeña soñaba con ser madre, soñaba con mi ver a mi hija en un ambiente parecido al que yo tenía, y aquí no lo estaba teniendo. Eso me iba entristeciendo, cada día me pesaba un poco más". De hecho, no es de ahora, pues llevaba tiempo con la idea en la cabeza, en concreto desde que dio a luz, puesto que la maternidad con este trabajo "estaba siendo más complicada de lo que pensaba", y tras los JJOO de París donde no le fue todo lo bien que quería, tomó la decisión.
Uno de los mayores rumores que había en torno a este drástico cambio era que la gallega iba a acabar entrenando en París, pero ha confirmado que no es así y era totalmente falsa la información. "Nuestro sitio y de nuestra familia está en España. A París no vamos a nada, solo a recoger a los hijos de mi marido. El viaje lo va a hacer él, así me puedo ahorrar ese cansancio". De hecho, ha recalcado que no ha tenido ningún un tipo de contacto con la Federación Francesa.